2.4 Préstamos P2P
Las plataformas P2P utilizan la tecnología para «conectar» directamente a los prestatarios o emprendedores que necesitan fondos para un determinado proyecto y, por otro lado, los prestamistas o inversores, que son personas que disponen de los recursos y que pretenden obtener un rendimiento, asumiendo un riesgo mayor al que pudiesen asumir al recurrir a un mercado de valores organizado con instrumentos bursátiles estandarizados, e informes de clasificación de riesgos proveídos por entidades especialistas en su medición. El aceptar un mayor riesgo por parte de los inversores implica el aumento en la expectativa de obtener mayores rendimientos de estas inversiones y, por ende, requerirán seleccionar de mejor forma a quienes les brindarán sus recursos.
Como se ha señalado en el apartado anterior, se trata de un modelo de economía colaborativa que permite financiarse sin acudir a los servicios de un banco u otra entidad financiera tradicional. Los préstamos se gestionan a través de plataformas virtuales, que actúan como «escaparates”, es decir, que los usuarios que necesitan dinero explican su proyecto en la web de tal forma que los inversores pueden elegir entre un conjunto de iniciativas. Los 4 elementos básicos son:
- Los prestatarios: personas naturales o micro y pequeñas empresas que necesitan financiación para sus proyectos, ya sean nuevos emprendimientos o negocios en marcha, pero que ante la falta de crédito en el mercado formal o tradicional, es decir, del sistema bancario, acuden a otras fuentes alternativas.
- Los prestamistas o inversores: pueden ser personas naturales o empresas, quienes brindarán sus recursos a los prestatarios asumiendo los riesgos que esto implica y beneficiándose con elevados rendimientos acordes al riesgo que asumen.
- El capital: el capital es un elemento esencial en el juego de la oferta y la demanda de financiamiento, ya que los emprendedores o micro y pequeños empresarios lo requieren para el desarrollo de sus proyectos, y los inversores lo ofrecen para obtener un rendimiento; sin embargo, tienen que hacerlo a través del mercado no regulado.
- La plataforma: la plataforma tecnológica es la que hace que los otros 3 elementos puedan funcionar, ya que a través de ella confluyen los objetivos de los prestamistas y los inversores utilizando las plataformas de los sistemas P2P, los cuales permiten una financiación que sería muy complicada en el mercado tradicional. Sin embargo, el uso de esta plataforma tecnológica también conlleva desventajas por el lado de los emprendedores que colocan sus requerimientos financieros en la plataforma, poniendo a la vista de todos sus proyectos y estrategias, y corriéndose el riesgo de que sus ideas y proyectos sean tomados por otras personas y los hagan propios; asimismo, los inversores, se arriesgan a que el proyecto en el cual invierten sus recursos fracase, lo cual es un riesgo mayor al asumido en otras inversiones donde el trato es directamente gestionado por el inversionista. También es importante en el tema de la plataforma definir los alcances legales que tendrá la empresa prestadora del servicio de dicha plataforma, con respecto a las operaciones que se realicen en ella.Devonn
Hay que tener en cuenta que las actividades de estas plataformas enfrentan diversos riesgos:
- Riesgo de solvencia: está asociado a la probabilidad de no pago por parte del emprendedor que solicita el financiamiento, lo cual se agrava debido a la asimetría de información entre emprendedores e inversores, ya que en general no existe una regulación que especifique la información que se debe compartir entre ambos, situación que puede generar problemas de verificación de la capacidad crediticia del prestatario y que el inversor asuma riesgos no contemplados inicialmente.
- Riesgo de liquidez: en este tipo de financiamiento, el riesgo de liquidez se genera cuando en la operación financiera no se puede obtener la disponibilidad inmediata de los recursos que necesita una de las partes de la operación.
- Riesgo de crédito: este tipo de riesgo se basa en la posibilidad de que no se asuman todas las obligaciones acordadas entre el emprendedor y el inversor, y, por tanto, puede producirse una pérdida financiera.
- Riesgo operativo: está asociado a la posibilidad de sufrir pérdidas por fallos en los procesos, en los sistemas internos de la plataforma, así como pérdidas ocasionadas por errores en procedimientos del modelo de negocio o por las consecuencias de acontecimientos externos.
- Falta de regulación y transparencia: como veremos en el siguiente capítulo de este Estudio, en la mayoría de países de Iberoamérica este tipo de operaciones financieras no dispone de un marco regulatorio específico mediante el que se establezca disposiciones mínimas para su desarrollo. Asimismo, los niveles de transparencia y revelación de las operaciones suelen ser mínimos en este tipo de financiamientos.
La primera empresa de préstamos P2P (lending crowdfunding) fue Zopa en Reino Unido, que comenzó con este modelo en el 2005, y en América Latina, la pionera fue la plataforma chilena Cumplo en 2012[1]. En la actualidad hay plataformas que compran préstamos de los originadores para venderlos en paquetes de notas, usualmente con un rating crediticio, este es el caso de la Plataforma Orchard. Este rating o scoring de crédito es un elemento importante que está creando una enorme diferencia entre estas nuevas empresas y la banca tradicional. Las Fintech están aprovechando la tecnología para utilizar todos los datos electrónicamente disponibles con el fin de crear baremos, puntuaciones o calificación de crédito para las personas o empresas que, o bien carecen de una calificación de crédito tradicional o pueden utilizarse como complemento a las tradicionales calificaciones.
Según la OCDE, el mayor mercado de préstamos P2P está en Estados Unidos y, actualmente, está dominado por dos plataformas, Prosper Marketplace y Lending Club, que representan conjuntamente un 98% de los préstamos P2P concedidos hasta ahora.
Los administradores de la plataforma P2P se encargan de evaluar el riesgo de cada solicitud de préstamo y, una vez comprobado, publicaran cada proyecto en la página web y si este es viable, se subirá a la web junto con las demás solicitudes evaluadas, y una vez allí el solicitante tardará unos días, a lo sumo, dos semanas, en saber si hay inversores interesados en prestarle dinero. Para casos de impago o retraso estos se suelen resolver de forma amistosa y a veces es posible gestionar un calendario de pago flexible antes de entrar en un proceso judicial.
Destacar que en este tipo de operaciones no es posible que un solo inversor financie por entero el crédito del solicitante, sino que la idea que subyace en esta forma de financiación es la diversificación, con lo cual se logra disminuir el riesgo del inversor. Tal y como se ha mencionado anteriormente, los administradores de la plataforma P2P son los encargados de la evaluación de la solicitud de financiamiento para, posteriormente, publicar cada proyecto en la plataforma. En este sentido, es responsabilidad de las personas que deseen invertir consultar todos los préstamos disponibles, sus características y la rentabilidad que pueden conseguir. Dentro de los préstamos P2P, también existe la modalidad de que los préstamos se realicen directamente de persona a persona, sin pasar por plataformas P2P En estos casos, son los propios prestamistas los que tendrán que solicitar toda la información y evaluar el riesgo.
Como veremos en el próximo capítulo, Reino Unido es uno de los países que ha tomado una posición proactiva en cuanto a la regulación de las plataformas de préstamos P2P Entre las cuestiones importantes reguladas, cabe citar los requisitos de capital mínimo, las normas de resolución de controversias, las normas de protección de los recursos de clientes, las normas de presentación y comunicación de información, así como los mecanismos sustitutorios para la gestión de los préstamos.
De acuerdo con el Banco Central Europeo (BCE) la moneda virtual, desde una perspectiva legal, no es dinero ni moneda, sino que es una representación digital de valor no emitida por un Banco central, institución de crédito o institución de dinero electrónico, que en algunas circunstancias pueden utilizarse como alternativa al dinero[4].
La tecnología y las innovaciones criptográficas de los últimos años han permitido desarrollar sistemas de pago adecuados a las nuevas tecnologías, creando para ello las criptomonedas. Su origen proviene del movimiento Cypherpunk, iniciado en la década de los 80, que aboga por el uso extendido de la criptografía como herramienta de cambio social y político. En 2009, una persona o grupo de personas, bajo el seudónimo Satoshi Nakamoto, hizo pública la primera criptomoneda llamada “Bitcoin”. Antes de la creación del Bitcoin, todos los sistemas de pago estaban basados en la confianza de una autoridad central.
En el sistema bancario tradicional, las transacciones se realizan cuando son confirmadas, aseguradas y ejecutadas por los bancos, por lo que los usuarios dependen de los sistemas y controles de la autoridad central, y de los sistemas y controles del banco utilizado por el cliente. Sin embargo, con las criptomonedas no es necesaria una certificación de las transacciones por parte de los intermediarios. Todas las transacciones son revisadas y certificadas por redes Bitcoin. El sistema Bitcoin no pertenece a nadie, sus usuarios son iguales, su código es abierto y está disponible para el público, lo que garantiza la independencia y seguridad. Para abrir una cuenta y comenzar a usar Bitcoin, los usuarios no tienen que revelar su identidad ni obtener algún permiso, solo se conectan a Internet e instalan el programa-cartera.
Entre las principales características de las criptomonedas, se encuentran las siguientes:
- Cualquier persona puede hacer su propia criptomoneda, dado que la licencia es libre.
- No existe un emisor central, se pagan comisiones a los nodos de las redes P2P
- Las transacciones son instantáneas.
- Las transacciones guardan anonimato al utilizar direcciones en un lenguaje cifrado creado de forma aleatoria.
Como se ha mencionado, Bitcoin es el referente en el tema de las criptomonedas, sin embargo, su código y estructura de funcionamiento han sido utilizados como base para muchos otros proyectos de software. La forma más común de software generado a partir del código fuente de Bitcoin son las llamadas «monedas alternativas”, que son también descentralizadas y utilizan los mismos bloques de construcción básicos para implementar las monedas digitales. A estas monedas alternativas se las conoce como «altcoins” Existen una gran variedad pero todas tienen en común que utilizan su propia cadena de bloques (blockchain), su propia red P2P (Peer-to-Peer, red entre pares, en español). Es decir, son monedas generadas en base a cálculos matemáticos, concebidas para realizar transacciones P2P entre sus usuarios.
Las altcoins que se han ido creando a nivel local, pueden ser una opción efectiva para impulsar el comercio de una región o localidad, fomentar la creación de empresas pequeñas y medianas, y fortalecer los lazos de apoyo entre sus habitantes. Sin embargo, algunas monedas alternativas han dado una mala reputación a la comunidad de las criptomonedas porque han sido esquemas que se han desarrollado para atraer inversores a la nueva moneda, organizados con una potente campaña de marketing para inflar el precio, y una vez que se han colocado suficientes se abandona el proyecto.
De acuerdo con la Resolución del Parlamento Europeo de mayo de 2016, las monedas virtuales, basadas fundamentalmente en la tecnología de registros distribuidos[8], pueden contribuir positivamente al bienestar de los ciudadanos y al desarrollo económico, también en el sector financiero:
a) reduciendo los costes de las operaciones y los costes de funcionamiento de los pagos y, en particular, de las transferencias transfronterizas de fondos;
b) en general, reduciendo el coste de acceso a la financiación incluso sin una cuenta bancaria tradicional, contribuyendo así potencialmente a la inclusión financiera;
c) aumentando la resiliencia y, en función de la estructura del sistema, la velocidad de los sistemas de pago y el comercio de bienes y servicios merced a la arquitectura intrínsecamente descentralizada, que podría continuar operando de manera fiable aun en el caso de que partes de su red funcionen mal o sufran intrusión informática;
d) haciendo posibles sistemas que aúnen facilidad de uso, bajos costes de funcionamiento y de las operaciones y un grado elevado de privacidad, pero sin una ano- nimia total, de manera que, hasta cierto punto, en caso de infracción, sea posible rastrear las operaciones y se pueda aumentar en general la transparencia para los participantes en el mercado;
e) utilizando dichos sistemas para desarrollar sistemas seguros de micropagos en línea que respeten la privacidad individual y que podrían sustituir a algunos de los modelos de negocios en línea existentes que merman significativamente la privacidad;
f) permitiendo la posibilidad de fusión de diferentes tipos de mecanismos de pago tradicionales e innovadores, desde tarjetas de crédito a soluciones móviles, en una aplicación segura y fácil de usar, lo que a su vez podría hacer avanzar determinados aspectos del comercio electrónico.
Pero también los sistemas de monedas virtuales entrañan riesgos que deben abordarse adecuadamente:
a) la ausencia de estructuras de gobernanza flexibles, pero resilientes y fiables, o la definición de estas estructuras, produce incertidumbre y plantea problemas de protección de los consumidores o, más en general, de los usuarios, sobre todo en caso de desafíos no previstos por los diseñadores del software original;
b) la elevada volatilidad de las monedas virtuales y la posibilidad de que se produzcan burbujas especulativas, así como la falta de formas tradicionales de supervisión reguladora, salvaguardas y protección, cuestiones particularmente problemáticas para los consumidores;
c) la garantía del funcionamiento correcto y fiable de las aplicaciones cuando aumenten tanto como para adquirir relevancia sistémica, o incluso antes;
d) la inseguridad jurídica que rodea a las nuevas aplicaciones;
e) la falta de documentación técnica transparente y de fácil acceso sobre el funcionamiento de monedas virtuales específicas y otros sistemas;
f) las fuentes potenciales de inestabilidad financiera que podrían estar asociadas a productos derivados basados en una deficiente comprensión de las características de las monedas virtuales;
g) las posibles limitaciones futuras a largo plazo de la efectividad de la política monetaria si los sistemas de monedas virtuales privados se utilizaran ampliamente como sustitutos de las monedas fiduciarias oficiales;
h) las posibilidades de realizar operaciones en el mercado negro, blanqueo de dinero, financiación del terrorismo, fraude y evasión fiscal y otras actividades delictivas basadas en la “pseudonimia” y la «combinación de servicios” que ofrecen algunos de estos servicios y la naturaleza descentralizada de algunas monedas virtuales, habida cuenta de que la trazabilidad de las operaciones en efectivo tiende a ser muy inferior.
Como se ha indicado en el apartado anterior, Blockchain es la tecnología subyacente a las bitcoin y otras criptomonedas. Es una base de datos pública y distribuida en la que se registran de forma segura las transacciones que se realizan en la red. Permite la gestión segura e inviolable de transacciones financieras sin que sea necesaria la presencia de una entidad “intermediaria”. Esto supone un reto para la banca tradicional, ya que su papel como intermediaria en determinadas operaciones (como transferencias financieras entre particulares, compraventa de activos financieros, financiación o préstamos personales) puede verse afectado por la implantación de blockchain.
En primer lugar, definamos en qué consiste. PriceWaterhouseCoopers en el artículo «Blockchain and smart contract automation: Blockchains defined» lo define como “un Libro Mayor digital compartido, o una lista continuamente actualizada de todas las transacciones. Este libro mayor descentralizado mantiene un registro de cada transacción que ocurre a través de una red totalmente distribuida o ‘peer-to-peer, ya sea pública o privada. La integridad de un bloque de bloques depende de una fuerte criptografía que valida y encadena bloques de transacciones, haciendo casi imposible manipular cualquier registro de transacción individual sin ser detectado”.
Una de las funciones del blockchain es la prueba de existencia. Haciendo uso de las marcas de tiempo que cada transacción lleva asociada y las funciones criptográficas para crear firmas digitales, se puede ser capaz de certificar y atestiguar el contenido de documentos, e-mails y otro tipo de ficheros, incluyendo la firma del documento correspondiente dentro del blockchain. Otro aspecto relevante de esta tecnología es la posibilidad de usarla para crear contratos inteligentes entre personas y entidades.
Las aplicaciones del blockchain no solo se restringen al sector bancario, sino que las mismas presentan una amplia gama de aplicaciones para el sector empresarial. Pueden utilizarse para ayudar a las empresas a gestionar el flujo de mercancías y los pagos relacionados, o permitir a los fabricantes compartir los registros de producción con los fabricantes de equipamiento original.
Entre los elementos más útiles de una cadena de bloque, se encuentran los siguientes:
1. Firmas digitales:
a) Verificar la posesión de una clave privada.
b) Verificar que los mensajes provienen de la persona indicada.
c) Comprobar que los mensajes no han sido cambiados o manipulados.
d) Permitir el control de versiones de documentos y contratos.
2. Bloques firmados de transacciones:
a) Preservar las secuencias de transacciones.
b) Permitir control de acceso de gran precisión al nivel de una transacción.
c) Crear pistas de auditoría continuamente actualizadas.
3. Cuadernos distribuidos y compartidos:
a) Establecer una versión única de la transacción.
b) Reducir o eliminar la necesidad de terceros centralizados.
c) Abrir la puerta a los agentes, procesos y organizaciones autónomos implícitas en la tecnología de contrato inteligente.
El Banco de Pagos Internacionales considera que el uso de estas tecnologías podría tener implicaciones que se extiendan más allá de los pagos, incluyendo su posible adopción por parte de algunas infraestructuras del mercado financiero (FMI) y por otros agentes del sistema financiero, y de la economía en su conjunto. Los efectos que pueden tener siguen siendo poco claros, por lo que sugieren hacer un seguimiento con miras a ampliar el ámbito de la reglamentación en el caso de que los proveedores de servicios menos regulados obtengan una participación significativa en la prestación de servicios financieros basados en datos digitales.
En este sentido, la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) elaboró una Propuesta de Debate en junio de 2016 titulada «The Distributed Ledger Technology Applied to Securities Markets», con el objetivo de recibir las opiniones del mercado sobre diferentes aspectos relacionados con esta tecnología, como el posible ámbito de aplicación, sus beneficios, riesgos y desafíos, y su encaje en la regulación vigente en la UE.
El comercio electrónico por Internet se ofrece como un nuevo canal de distribución sencillo, económico y con alcance mundial las 24 horas del día, todos los días del año. Lo que ha dado como resultado la constitución de sistemas de pagos y transferencias diseñados por compañías especializadas en pagos móviles, ofreciendo un servicio que permite al usuario acceder de forma segura, administrar y utilizar instrumentos de identificación y de pago para realizar transacciones desde un teléfono móvil, un PC o una tablet.
Los sistemas de pago electrónico, también conocidos como EPS, por sus siglas en inglés, realizan la transferencia del dinero entre compradores y vendedores a través de una entidad financiera autorizada para ambos que facilita la aceptación de pagos para las transacciones en línea a través de Internet. Existen diferentes sistemas de pago empleados en Internet, que pueden englobarse en varias categorías:
- Cajeros electrónicos: los clientes abren cuentas con todos sus datos en una entidad de Internet, y estas proporcionan algún código alfanumérico asociado a su identidad que les permita comprar a los vendedores asociados a la entidad. Se utilizan cada vez más para depositar y retirar fondos.
- Dinero electrónico: es aquel dinero creado, cambiado y gastado de forma electrónica. Se clasifica en dinero online que exige interactuar con el banco para llevar a cabo el pago de una transacción con una tercera parte, y dinerooffline, en el que se dispone del dinero a través de Internet y puede gastarse sin necesidad de contactar para ello un banco.
- Transferencias bancarias: es un método de transferencia electrónica de fondos de una persona o entidad a otra. Puede hacerse a partir de una cuenta bancaria a otra cuenta bancaria o a través de una transferencia de dinero en efectivo en una oficina de caja.
- Tarjetas de crédito y débito: el cliente utiliza su tarjeta de crédito para comprar en una tienda virtual. Las versiones más recientes resuelven los problemas de seguridad con números de identificación o números de tarjeta codificada.
Vale decir que algunos bancos, pese a que consideran que su función original es la de ser simples intermediarios (puesto que las transacciones se concluyen directamente entre las partes), han visto que los contactos personales entre ellos y sus clientes han descendido. Sin embargo, ven compensada esta desventaja por las posibilidades de aumentar su eficacia cuando el cliente emplea sus servicios electrónicos.
Estas Fintech, competidores de la banca personal y privada, son plataformas que prestan servicios de asesoramiento en gestión de patrimonios, gestionando las finanzas de sus usuarios, organizando sus cuentas, ofreciendo sus consejos para ahorrar dinero y ahorrar gastos, entre otros. Es decir, asesoran a inversores sobre dónde invertir su dinero, qué estrategias utilizar, el importe, las condiciones, entre otros.
Los productos de gestión de activos, que hasta hace poco se limitaban a los clientes con grandes patrimonios, se están dirigiendo a nuevos segmentos de clientes debido a los menores costes inherentes a los sistemas de asesoramiento automatizados[16].
En el ámbito del asesoramiento y gestión patrimonial podemos citar las siguientes:
- Robo-advisor. Son servicios online de gestión financiera, en los que la elaboración y/o manejo de la cartera de inversión del cliente se hace de forma totalmente automatizada. A través de algoritmos, construyen un portafolio específico para cada cliente, según el contexto del mercado, los límites de riesgo previstos por el inversor, etc. La interacción humana es mínima o inexistente. Sustituyen, en gran medida, la figura del asesor financiero tradicional, ya que ofrecen sus servicios a costes mucho más bajos y, además, rebaja o elimina el límite inferior de patrimonio a partir del cual se puede acceder al servicio.
Este tipo de servicios son más comunes en Estados Unidos, aunque también tienen presencia en Europa, Australia, Canadá y Asia. Actualmente, los robo-advi- sors gestionan activos por valor de 50.000 millones de dólares según un estudio de la compañía Aite Group con un crecimiento por encima del 200% registrado en 2015. Las previsiones apuntan a que en 2020 el volumen superará los 450.000 millones según otro estudio de la empresa de investigación MyPrivateBanking.
- Asesoramiento financiero online. Incluye servicios de gestión de la información, contabilidad avanzada, gestión de gastos, compliance, gestión de la adquisición de un producto hipotecario, entre otros.
Las empresas Fintech de servicios de asesoramiento financiero han establecido nuevos esquemas de comisiones más asequibles para los inversores, ofreciendo una atención en línea desde la plataforma electrónica a través de la cual presta su servicio, permitiéndoles llegar a un mayor público. Han modificado mucho los hábitos en el sector del asesoramiento financiero:
- Al reducir los costes, ha permitido que el asesoramiento financiero sea más accesible a más personas.
- La divulgación de la información financiera a través de la tecnología ha permitido que muchas personas comprendan diversos conceptos que eran complejos hasta el momento.
- Al existir más información abierta, se encuentran con clientes que participan, replican y discuten las estrategias.
El Comité Mixto de las Autoridades de Supervisión Europeas, en su labor de seguimiento del mercado, ha mostrado especial interés en la automatización del asesoramiento financiero. En particular, están valorando las diversas formas en que los consumidores pueden utilizar herramientas automatizadas para recibir asesoramiento financiero sin intervención humana o con una intervención humana muy limitada, a fin de determinar qué acciones regulatorias o de supervisión son necesarias. La EBA (Autoridad Bancaria Europea), ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados) y EIOPA (Autoridad Europea de Seguros y Planes de Pensiones) publicaron conjuntamente, en diciembre de 2015, una consulta pública sobre la automatización en el asesoramiento financiero[18]. En el documento a debate se describen las características principales de las herramientas de asesoramiento financiero automatizado observadas, se muestra una valoración preliminar sobre los beneficios y riesgos potenciales, tanto para los consumidores como para las entidades financieras, y se presenta una visión general de la posible evolución del mercado. Entre los posibles riesgos de las nuevas formas de asesorar vía digital, se menciona la posible desinformación del inversor, al no contar con toda la información necesaria o no entender la que se le facilita. Además, se considera que las herramientas podrían incluir sesgos en su programación que podrían «guiar” la recomendación de inversión hacia unos determinados productos. También se cita la posibilidad de que la programación del asesoramiento pueda llegar a ser pirateada y manipulada.