2. INNOVACIONES EN LOS MEDIOS DE PAGO
No resulta extraño que los medios de pago estén en el centro del fenómeno fintech teniendo en cuenta el atractivo que presenta este segmento del sistema financiero. Como se muestra en la figura 3, los ingresos por servicios de pago han aumentado a una tasa media anual del 6.8 por cien a nivel mundial desde 2010, alcanzando 1,27 billones dólares en 2017. Las proyecciones para los próximos diez años siguen siendo favorables y se prevé que los pagos generarán más de 1 billón de dólares en nuevos ingresos durante la próxima década, alcanzando los 2,42 billones de dólares en 2027. El mayor crecimiento se registrará en las economías emergentes, que impulsarán el 70 por cien del crecimiento. El acelerado crecimiento de estos países está relacionado con el menor desarrollo del sector financiero, que trae aparejado una mayor tasa de penetración de los medios de pagos digitales en estos países.
El uso de los pagos sin mediar efectivo está en aumento, impulsado por la tendencia de los pagos contactless y la disponibilidad de métodos de pago digitales, de forma que muchos países están convirtiéndose en economías con cada vez menos mediación de efectivo. Los volúmenes de transacciones no monetarias globales crecieron un 10,1 por cien entre 2015 y 2016 alcanzando los 482,6 mil millones de dólares, siendo dos regiones fundamentalmente las que impulsaron este aumento: los países emergentes de Asia representando un 25,2 por cien del crecimiento y Europa Central, Oriente Medio y África (CEMEA) con un 17,1 por cien. Se estima que en el período de 2016 a 2021, el crecimiento medio anual de las transacciones no monetarias a nivel mundial será del 12,7 por cien (Capgemini, 2018). A medida que la familiaridad con los métodos sin efectivo crece globalmente, se espera que los consumidores utilicen cada vez más medios electrónicos para pagar transacciones más pequeñas dominadas por ahora por las monedas y el efectivo. Para el 2027, se espera que, en promedio, el valor de las transacciones sin efectivo realizadas por los usuarios se reduzca de 97 dólares en 2017 a aproximadamente 54 dólares (BCG, 2018).
La revolución tecnológica en los medios de pago abre el abanico de alternativas para ejecutar pagos sin emplear efectivo, surgiendo métodos innovadores y mejorando e incorporando novedades en los ya existentes. Entre los factores que suscitan estos cambios podemos distinguir, en primer lugar, factores tecnológicos, como el creciente uso de la tecnología móvil, la cual ha provocado una demanda de nuevos productos y servicios que encajen con los nuevos estilos de vida en los que cada vez más la tecnología y los smartphones forman parte de nuestro día a día, junto con grandes innovaciones tecnológicas como el cloud computing, el big data, las tecnologías de registro distribuido (DLT), el internet de las cosas o la tecnología Near Field Communication (NFC). Todo esto permite el surgimiento de nuevos productos y servicios, así como la reducción de los costes de las transacciones, una mayor rapidez para efectuar pagos y servicios más personalizados. Por otro lado, las condiciones macroeconómicas también están contribuyendo a las innovaciones en los medios de pago puesto que, ante un entorno de bajos tipos de interés, las entidades financieras ven presionados sus ingresos a la baja y una forma de paliar esta situación es mediante la reducción de costes a través del uso de la tecnología y la innovación. Otro factor de cambio es la regulación que, si bien varía en función de los países, muestra una tendencia general consistente en la adaptación de las normativas a las innovaciones que van surgiendo y el fomento de nuevos medios de pago a través de las mismas. Por último, es necesario destacar la importancia de los aspectos sociales como motor de cambio en el sector4, ya que las nuevas generaciones están cada vez más familiarizadas con el uso de la tecnología y son más exigentes, buscan servicios inmediatos y tienen preferencia por la comodidad y la interoperabilidad; de hecho, numerosas encuestas muestran que es mucho más probable que los millennials utilicen servicios de pago y proveedores de servicios financieros no tradicionales (CNMC, 2018; Schindler, 2017).
Estos factores, además de suscitar cambios, atraen a nuevos competidores, tanto pequeñas startups como de mayor tamaño, las conocidas como Big Techs (entre las que se cuentan las GAFA: Google, Amazon, Facebook y Apple, pero también sus alternativas asiáticas, como por ejemplo Alibaba o Tencent). Estas grandes empresas, que están respaldadas por plataformas tecnológicas con la capacidad de proporcionar una excelente experiencia de usuario, han comenzado a capturar cuota en el mercado de los pagos a los operadores tradicionales obligándolos a ampliar, innovar, y mejorar sus ofertas5.
Las novedades en el segmento de los pagos comprenden desde innovaciones en los soportes y la infraestructura que se vienen utilizando años atrás (transferencias, tarjetas, TPV) hasta nuevos servicios que facilitan las transacciones y suponen un mayor valor añadido a los pagadores y nuevos soportes para realizar pagos totalmente nuevos y distintos a los tradicionales. El uso de algunos de los métodos que se presentan a continuación no se encuentra muy generalizado, pero se espera que en cuestión de unos pocos años formen parte de nuestro día a día (Tramazaygues, 2016).
Uno de los nuevos soportes para los usuarios que está creciendo notablemente en los últimos años son los monederos digitales. Estos permiten realizar transacciones financieras a través de dispositivos electrónicos, ya sean tabletas, ordenadores o teléfonos móviles, almacenando información útil para realizar los pagos, como datos de las tarjetas de crédito y/o débito e información sobre cuentas bancarias de los pagadores.
El crecimiento del uso de estos monederos está relacionado con la importancia que ha ganado el comercio electrónico, o e-commerce, puesto que a la hora de realizar compras online la principal vía para realizar los pagos es introducir los datos de las tarjetas o los digital wallets, que a su vez están vinculados y tienen acceso a la tarjeta o cuenta bancaria del cliente. En la figura 4 se observa cómo las cifras mundiales tanto de ventas del comercio electrónico como de usuarios son muy favorables y se espera que el volumen de ventas se incremente en un 124 por cien entre 2017 y 2024 y que el número de usuarios supere los 4.600 millones en 2024, lo que supondría un gran impulso para estas nuevas alternativas de pago.
Dentro de los monederos digitales se puede hacer una distinción entre los monederos online (online wallets) y los monederos móviles (mobile wallets). Por un lado, los monederos online permiten realizar pagos a través de dispositivos electrónicos a distancia sin que se precise de una interacción física. A la hora de realizar una operación, estos monederos suelen interactuar con la página web en la que se realiza el pago de forma que consiguen una mayor información sobre las transacciones (CNMC, 2018). Por otro lado, los monederos móviles consisten en el uso de un dispositivo móvil para iniciar, realizar y/o confirmar cualquier tipo de compra, permitiendo así realizar cualquier transacción financiera con un smartphone y garantizando el procesamiento de los pagos de manera adecuada y segura (Hill, 2018). Fundamentalmente estos pagos operan con una tecnología electromagnética sin contacto conocida como NFC, la cual ya se encuentra incorporada en la mayoría de los smartphones, aunque también se emplean códigos QR (Quick Response) o Bluetooth (Guersent, 2016). Para efectuar un pago, el usuario debe contar con una aplicación wallet en su teléfono móvil, en la que tenga introducidos los datos de sus tarjetas, seleccionar con la que quiera realizar el pago y que el TPV del establecimiento esté equipado con tecnología NFC, y el pago se realizaría simplemente acercando el teléfono móvil a la terminal.
Así como se ha mencionado al e-commerce como factor clave en el impulso de estos medios de pago, los teléfonos móviles y las nuevas tecnologías asociadas a los TPV también desempeñan un papel crucial gracias a su rápido desarrollo. Algunos ejemplos de TPVs de última generación serían Poynt, Clover o los TPV de Square que, además de incluir NFC, Bluetooth y códigos QR, ofrecen servicios de valor añadido como almacenamiento de información sobre las transacciones (Tramazaygues, 2016). Actualmente y de cara al futuro, el establecimiento de estos soportes es indiscutible. Este cambio ya lo adelantaba Tramazaygues (2016, p. 83): “Se espera que para 2018 dos de cada tres smartphones sean compatibles con la tecnología NFC y que para 2020 el 100 por 100 de los TPV admita esta tecnología como forma de pago”.
Adicionalmente, el gran crecimiento de este sector está suponiendo una oportunidad de negocio con un gran atractivo para nuevos competidores como los ThirdParty Providers (TPP) o terceros proveedores de pagos como las Big Techs (Capgemini, 2018). Empresas como Google, Amazon o Apple se están adentrando en el sector incorporando estas tecnologías y creando aplicaciones, de forma que consiguen obtener una vía alternativa de ingresos (BIS, 2018; Guersent, 2016).
Así pues, los monederos digitales son ofrecidos por grandes empresas tecnológicas, sistemas operativos de móviles y por instituciones financieras, y entre las más populares cabe destacar PayPal, Apple Pay, Google Pay, AliPay y Samsumg Pay (Hill, 2018).
De esta lista, PayPal es probablemente uno de los medios más exitosos en los países occidentales, ofreciendo aplicaciones y procesos de pago simples para los consumidores y ampliamente aceptados por muchas empresas a nivel mundial. Por ejemplo, ofrece pagos electrónicos en tiempo real y transfronterizos en muchos países. PayPal permite realizar compras online y transacciones en TPVs en aquellos establecimientos que esté aceptado como medio de pago y también ofrece hacer pagos entre particulares (transferencias peer topeer, que se comentarán más adelante). Los principales beneficios de este medio de pago son la posibilidad de realizar pagos instantáneos, los costes, ya que es gratuito para transferencias nacionales y también para parte de las internacionales (sin contar el cambio de divisa, que implicaría una comisión entre 3 por cien y 4 por cien), y la seguridad, pues esta empresa garantiza que los pagos se realicen de forma fiable y los datos de la tarjeta o la cuenta bancaria introducidos en la cuenta de PayPal no se facilitan a las empresas en las que se realicen las compras; sólo con introducir el usuario de PayPal y la contraseña bastaría, de forma que el proceso de pago se simplifica y es más seguro (Guersent, 2016).
Otra gran plataforma de servicios de pagos digitales, pero de origen chino, es Alipay. Es una filial del gigante de comercio electrónico Ant Financial, aporta una solución de pagos completa incluyendo pagos en tienda, online y móviles y opera tanto en el mercado asiático como en occidente. Es la principal herramienta de pagos móviles en China y tiene la capacidad de procesar 200.000 transacciones por segundo. Su participación en el mercado chino en 2015, siendo el más grande del mundo, era del 71 por cien, pero se redujo en 2016 al 54 por cien por el crecimiento de su rival T encent con WeChat Pay. Esta última, además de poder realizar pagos, integra en una única aplicación funciones similares a las de aplicaciones como Whatsapp, Facebook y Skype, por lo que consiguió un gran impacto alcanzando una cuota del 40 por cien en dicho mercado. En España, Alipay ha llegado a acuerdos con entidades como BBVA, Caixabank y Banco Sabadell para permitir que se realicen pagos en establecimientos que cuenten con TPVs de estas entidades.
También hay que destacar en este sector las plataformas de Samsung Pay, Apple Pay, Google Pay (la cual integra las anteriores aplicaciones de Google Wallet y Android Pay en una única aplicación) y Amazon Pay. Apple y Samsung Pay sólo permiten realizar pagos con dispositivos de sus marcas y Google Pay a través de todos los dispositivos móviles Android, ordenadores, iPhone y iPad. Además, Google incluye como métodos de pago varias opciones que conllevan la vinculación de tarjetas de crédito/débito, de la cuenta bancaria (esta opción sólo está disponible en EE.UU. por el momento) y, en el caso de pagos móviles, también la cuenta de PayPal (Google Pay, 2019). Estos métodos comparten que sólo se pueden utilizar en aquellos negocios que hayan sido aceptados como medio de pago y tienen en común ventajas en seguridad, y es que ninguno de ellos al realizar compras en tiendas físicas transmite información sobre el número de cuenta o de tarjeta del cliente, sino que éste se cifra y se utilizan diversos códigos y sistemas de seguridad (Hill, 2018).
La figura 5 muestra que, en la actualidad, Apple Pay es el método de pago móvil más usado en España, siendo utilizado por el 32 por cien de los usuarios de estos servicios. Le sigue la aplicación de Caixabank con un 22 por cien y, tras ella, se sitúa Google Pay para continuar, de nuevo, con la de otro banco, BBVA Wallet. Esto evidencia que los bancos españoles están desarrollando soluciones para adaptar su oferta a la nueva era digital y se preocupan por ofrecer más servicios innovadores y de mayor valor añadido a sus clientes, haciéndose de este modo hueco en el ecosistema fintech.
En definitiva, los monederos digitales representan una versión digitalizada de las tarjetas de crédito y, a diferencia del uso de las tarjetas tradicionales, ofrecen ventajas como la comodidad, puesto que estas plataformas almacenan los datos en las aplicaciones o en sus webs evitando así tener que introducir los datos bancarios en cada transacción que se realice y permiten realizar pagos desde cualquier lugar independientemente de la ubicación del pagador y del establecimiento al que se le abona el dinero. Otro punto fuerte es la personalización de los servicios, ya que estos soportes almacenan información sobre las transacciones para ofrecer un mayor valor añadido y rapidez (Tramazaygues, 2016). Por todo lo mencionado, no sería de extrañar y es previsible que los métodos de pago clásicos como el efectivo y las tarjetas se vean superados, en cuestión de unos años, por estos nuevos medios basados en monederos y dispositivos online y móviles (Deloitte, 2016).
Otro modelo de negocio importante en el sector de los pagos son los servicios de pago P2P. Las transferencias de dinero P2P consisten en transferencias de dinero entre particulares realizadas a través de Internet, por medio de dispositivos como ordenadores o teléfonos móviles, y que pueden ser bien a nivel nacional o internacional (Statista, 2020a). Para efectuarlas es necesario previamente vincular una tarjeta o la cuenta bancaria a una aplicación, aunque algunas permiten vincular la cuenta de PayPal como es el caso de Facebook o Google. Una vez vinculada, realizar una transferencia de dinero a otra persona supone un proceso simple y rápido, similar a enviar un mensaje: simplemente se selecciona al beneficiario a través de su nombre de usuario, añadiendo su correo electrónico o por su número de teléfono (en función de la plataforma que se use), se comprueba que se trata de la persona adecuada y se efectúa la transferencia. La gran ventaja de este procedimiento es que sustituye muchas transacciones que, de no ser así, se realizarían en efectivo, cheque o tarjeta, es decir, consiguen reemplazar al efectivo en transacciones en donde resultaba difícil sustituirlo ofreciendo una alternativa más rápida y segura (Guersent, 2016).
El sector de los pagos entre particulares resulta de gran atractivo. En 2018 se realizaron a nivel mundial transacciones por valor de 66.000 millones de dólares y en 2023 se espera que ese valor se eleve a más del doble, 147.000 millones de dólares (Statista, 2019a). Es por esto que para muchos monederos digitales como los que se han analizado anteriormente, los pagos peer to peer son considerados como una buena forma de ampliar su cartera de servicios y, por tanto, como una oportunidad para atraer a más clientes. Por ejemplo, Alipay y WeChat Pay, aprovechando la gran penetración y la base de usuarios que tienen, se han convertido en líderes de los pagos P2P en China. Google Pay y Apple Pay también permiten realizar este tipo de pagos entre particulares, pero por el momento sólo en algunos países (Capgemini, 2018; Google Pay, 2019). PayPal también permite realizar pagos entre particulares a nivel nacional e internacional, puesto que opera en gran parte del mundo; además, cuenta con Venmo, una empresa de servicios de pago entre particulares que opera sólo en EE.UU. Venmo tiene un diseño similar al de una red social y permite sincronizar los amigos de Facebook o la lista de contactos del teléfono móvil con la aplicación para realizar transferencias con estas personas. Su rival principal en EE.UU. es Square Cash, ahora denominada Cash App, que fue desarrollada por Square, empresa de servicios financieros estadounidense cuya principal actividad se basa en fabricar lectores de tarjetas y todo tipo de soportes (tanto hardware como software) que permitan a las empresas poder recibir y registrar los pagos de sus clientes (Hill, 2018).
Los bancos también se han sumado al sector de los pagos P2P reaccionando frente a la oferta de estas empresas para tratar de impedir que los usuarios opten por estas nuevas aplicaciones, mejorar sus servicios haciéndolos más rápidos, con menos comisiones y adaptándolos a los avances tecnológicos. En EE.UU., ante el éxito de Venmo, PayPal y Square Cash, un consorcio de treinta bancos estadounidenses se unió en 2017 para crear Zelle, una aplicación con un funcionamiento muy similar al de Venmo que permite realizar transferencias de fondos entre usuarios en cuestión de minutos (Hill, 2018). Como se muestra en la figura 6, el volumen de pagos móviles P2P realizados a través de Venmo, Square y Zelle en el último trimestre de 2019 alcanzó los 114.000 millones de dólares; para los años posteriores, las predicciones del número de usuarios aumentarían en las tres compañías, pero en mayor medida en Zelle, que es la que muestra la tendencia más ascendente.
Las principales entidades financieras españolas también lanzaron su alternativa en cuanto a pagos instantáneos entre particulares uniendo fuerzas bajo la aplicación Bizum (Capgemini, 2018). Actualmente cuenta con la participación de sesenta y seis bancos, tiene más de nueve millones de usuarios y a través de la aplicación se realizan más de 135 millones de transacciones. Inicialmente sólo permitía realizar pagos P2P de forma rápida, fácil, segura y gratuita conociendo el número de móvil de la contraparte, pero con el tiempo ha ido incorporando más funciones como la posibilidad de contribuir a proyectos de ONGs y asociaciones relacionadas con esta plataforma, más recientemente, el poder realizar compras online en los establecimientos que lo acepten como medio de pago y, de cara al futuro, se está trabajando para que permita realizar pagos en establecimientos físicos como un monedero móvil (Bizum, 2020).
A diferencia de Bizum, Twyp es una plataforma desarrollada únicamente por el banco ING, aunque puede ser utilizada por cualquier usuario sin importar del banco que sean. Twyp incluye, aparte de transferencias entre iguales, servicios que Bizum aún no tiene disponibles como la retirada de efectivo o pagos en comercios físicos que operan con este medio mediante la aplicación de Twyp. Es más, con Twyp es posible pagar en cualquier comercio que disponga de la opción de pago móvil añadiendo la tarjeta Twyp a Google Pay o Apple Pay, es decir, que permite generar una tarjeta de prepago virtual que funciona con los monederos móviles (Twyp, 2020).
Dado el gran atractivo del sector, las redes sociales también se han subido al carro de la innovación en pagos entre iguales. Por ejemplo, la aplicación de mensajería WhatsApp de Facebook está probando un servicio de pagos en la India. Eligió la India debido al gran incentivo a estos medios de pago otorgado por el gobierno del país que, en 2016, inició una política de desmonetización fomentando las transacciones no monetarias y porque la región representa un motor importante en el crecimiento de las transacciones no monetarias a nivel mundial (Capgemini, 2018). A partir de abril de 2019 también comenzó a hacer pruebas en México en colaboración con Banco Santander México. Este nuevo servicio a través de la aplicación de Whatsapp permitirá a los usuarios realizar transferencias de dinero entre particulares simplemente seleccionando a los contactos de la red social a los que se quiere enviar el dinero (Sánchez, 2019).
Otro caso de pagos P2P a través de redes sociales es el de Facebook, que mediante su aplicación Messenger permite llevar a cabo transferencias de dinero a los contactos conectando una tarjeta bancaria, pero estos pagos sólo se pueden realizar siempre que los bancos del pagador y el beneficiario se encuentren dentro del mismo país y operen con la misma divisa (Facebook, 2018).
En cuanto a las transferencias internacionales, existen empresas fintech que proporcionan pagos internacionales como Transferwise, Xoom, PayPal o WorldRemit, que están amenazando la participación que tienen los bancos y otras empresas veteranas en la prestación de servicios de pago como Western Union y MoneyGram. Cuando se trata de transferencias de dinero transfronterizas, el atractivo depende en gran medida del coste. La propuesta de valor de las fintechs está basada en facilitar la ejecución de las transacciones a través de un proceso íntegramente online, proporcionar servicios más ágiles que permitan la transferencia de dinero a cualquier parte del mundo en cuestión de unos minutos, saber en cada instante dónde se encuentra el dinero pudiendo seguir la trayectoria de la transacción, la transparencia y con tarifas de precios más bajos y competitivos que las entidades tradicionales (Tramazaygues, 2016).
Aunque, como se ha visto, son numerosas las innovaciones en las transferencias P2P, el desafío en última instancia para las plataformas _fintech es garantizar la seguridad y la confianza en las transacciones mediante procesos de identificación, encriptación, y detección de fraude.
Los pagos en factura telefónica también conocidos como “direct carrier billing’ son un medio de pago online que permite a los usuarios cargar los pagos que realicen en la factura mensual de su teléfono móvil (Funcas y KMPG, 2018). Existen diferentes segmentos que utilizan este medio de pago como juegos, redes sociales como Facebook, plataformas de contenido multimedia tales como Netflix o Spotify, y tiendas de aplicaciones en el móvil App Store o Play Store, entre otros. El proceso para realizar los pagos es simple, como se muestra en la figura 7. A la hora de realizar la compra de un producto se tendrá que introducir el número de teléfono del usuario (una vez ya hecho para una compra no se tendrá que volver a cumplimentar para el resto), al realizar una solicitud de compra el cliente recibe un código PIN a través de un SMS para confirmar la compra y el usuario realiza el pago en su factura mensual de móvil (Fortumo, 2019).
Las empresas pueden encontrar ventajas en el carrier billing por el alcance, la sencillez y la seguridad. Esto es, este medio de pago es online y se realiza por medio de un smartphone y, por tanto, puede llegar a muchos más usuarios que otro medio como la tarjeta, ya que hay 3.500 millones de usuarios de Internet en el mundo y el 40 por cien no cuenta con tarjeta de crédito. Por la sencillez, pues se basa en un flujo de pago muy simple. Y por seguridad, ya que no es necesario enviar información personal para realizar la transacción (Fortumo, 2019). Este método está teniendo un mayor éxito en países emergentes que en países desarrollados dado el gran peso en estos últimos del sector bancario. En los países emergentes, principalmente en la zona del Pacífico de Asia, Europa del Este, África y Latinoamérica, se produjo un gran cambio con la incorporación de estos países al mundo online y con la introducción de los smartphones; de hecho, la tasa de adopción es muy elevada, 8 de cada 10 personas en estas zonas posee un teléfono móvil. Por esta razón, y al ser países con poca presencia de la banca, no cuentan con una gran oferta de servicios financieros y el uso de tarjetas como medio de pago no está muy extendido, por lo que el método carrier billing está creciendo rápidamente (Funcas y KPMG, 2018).
A modo resumen y teniendo en cuenta lo comentado anteriormente en relación con las innovaciones en los medios de pago, en la figura 8 se recogen las diferentes formas de pago en la actualidad agrupadas en función de la finalidad que se persiga.