3.4 Inversión en Fintech

3.4 Inversión en Fintech

El creciente interés por las Fintech y los servicios que ofrecen, conlleva a un aumento progresivo en la inversión en este tipo de empresas. Cada vez son más las grandes entidades de inversión y los mismos bancos tradicionales, los que apuestan por financiar a estos modelos de negocio.

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Así lo demuestra el informe llevado a cabo por KPMG, The Pulse of Fintech, en el que se recoge las nuevas tendencias que se producen en el sector de las finanzas, en el cual, el valor de las inversiones sigue incrementándose.

Antes de pasar a su análisis, en un primer lugar, se presenta una clasificación de los distintos tipos de inversión que se pueden realizar en las startups según la etapa de desarrollo en la que se encuentren, a modo de introducción para este apartado.

3.4.1 Clasificación de los tipos de inversión

Las startups pasan por diversas fases de crecimiento en su ciclo de vida, en las que van variando tanto sus necesidades de capital, como las estrategias que siguen en su modelo de negocio. En la Figura 3-5, se muestran los distintos tipos de fuentes de financiación, según las necesidades de capital y el riesgo que conlleva la inversión.

3.4 Inversión en Fintech

Figura 3-5: Fuentes de financiación según etapas de crecimiento en una startup.
Fuente: Global Entrepeneurship Monitor (GEM).

Los principales tipos de inversión que provienen de fuentes ajenas a la compañía se pueden clasificar en:

  • Aceleradoras e Incubadoras. Se caracterizan por asesorar a las startups en su fase inicial, además de ofrecer apoyo financiero.
  • Business Angels. Su principal característica es que son inversores particulares, que ponen a disposición de las empresas su experiencia, conocimientos y red de contactos, sin olvidar el capital.
  • Crowdfunding. Financiación alternativa basada en la colaboración entre los que requieren capital para financiar sus proyectos y los que lo prestan.
  • Equity Crowdfunding. A diferencia del crowdfunding, su participación en el capital de la empresa se consigue un retorno mediante los beneficios, acciones o participaciones.
  • Capital Riesgo (Venture Capital). La inversión es realizada por compañías especializadas en inversión de capital, con la premisa de obtener rentabilidad en el futuro. Existen diversas rondas de financiación, dependiendo de la cantidad depositada y el objetivo:

– Ronda financiación A: para optimizar el producto y conseguir que adquiera una base sólida de usuarios, entre 1 y 5 millones de euros.

– Ronda financiación B: con el objetivo de expandir el negocio, entre 6 y 10 millones de euros.

– Ronda financiación C: desarrollar nuevos productos o prepararse para la salida a Bolsa.

Por otra parte, y en relación a la inversión que se realiza en las startups y su etapa de crecimiento, se realiza una clasificación basada en la elaborada por The Crowd Angel:

I. Pre-seed capital. Se plantea la línea de negocio y el producto que se va a desarrollar, sin llegar a estar totalmente definido. En esta etapa la financiación, que normalmente no requiere una gran cantidad de dinero, proviene de:

  • Los propios emprendedores.
  • Amigos, familiares y primeros socios, conocidos como las 3F: Family, Friends & Fools.
  • Business Angels.
  • Aceleradoras.

II. Seed Capital (capital semilla). Capital necesario para desarrollar el producto y que pueda ser lanzado al mercado, con los primeros usuarios y clientes. En Europa, la cantidad se encuentra entre los 750.000 y un millón de euros, en su mayoría aportada por:

  • Business Angels.
  • Fondos de capital riesgo especializados en las primeras etapas.
  • Equity Crowdfunding.

III. Early Stage: fase temprana en la que el producto está consolidado, y se busca escalar en el modelo de negocio. Se producen las rondas de financiación de serie A y B, lideradas por fondos de capital riesgo.

IV. Growth Stage: fase de crecimiento, en la que se producen rondas de financiación de tipo C y las posteriores.

V. Expansion Stage: el objetivo es acceder a nuevos mercados con el producto que se ha creado. La financiación está liderada por capital privado o bancos de inversión.

VI. Etapa Exit: última fase en el ciclo vida de una startup, que puede acabar con la salida en Bolsa, en la fusión con otra empresa o en la adquisición por parte de otra compañía mayor.

3.4.2 Inversión a nivel global

Como resalta el último informe The pulse of Fintech, a principios del año 2018, el mercado de la tecnología financiera superó los niveles de inversión que se alcanzaron en 2017, gracias a la financiación proveniente de capital riesgo, capital privado y la fusión y adquisición de empresas.

Los mercados más maduros del sector Fintech, como son los de pagos y préstamos, siguen liderando los acuerdos para la obtención de capital.

En cambio, son las startups enfocadas en la Inteligencia Artificial y el análisis de datos, las que comienzan a atraer, cada vez más, la atención de grandes inversores.

Así mismo, cabe destacar el creciente interés por la tecnología Blockchain y la inversión en compañías de Insurtech (seguros) y Regtech (regulación). En gran parte, esta tendencia por empresas Regtech se acentúa en Europa debido a la implementación de nuevas directrices en sistemas de pagos y de protección de datos, tema que se tratará con mayor profundidad en apartados posteriores.

Si bien en los primeros seis meses de 2018, la inversión realizada en entidades Fintech aumentó significativamente, hay dos acuerdos que lideraron este crecimiento:

  • La ronda de financiación de Venture Capital (VC) conseguida por Ant Financial (China), que alcanzó los 14.000 millones de dólares.
  • La adquisición por parte de Vantiv, compañía estadounidense, de la Fintech de pagos con sede en Londres WorldPay, por una cantidad de 12.900 millones de dólares.

Además de los líderes tradicionales en el entorno Fintech, como son Reino Unido, Estados Unidos y China, cabe destacar Brasil, gracias al banco digital Nubank. Esta Fintech, que ya ha logrado alcanzar el estado de unicornio (startup valorada en más de 1.000 millones de dólares), cuenta con más de 4 millones de clientes.

Respecto a los niveles de inversión alcanzados, se puede observar en la Figura 3-6, como se ha incrementado progresivamente desde 2012 la financiación a empresas con carácter tecnológico- financiero. En los dos primeros trimestres de 2018 se llegó a alcanzar los 57.800 millones de dólares, con un conjunto de 875 acuerdos entre los inversores y las compañías Fintech.

El aumento del nivel de madurez del sector Fintech, ha hecho posible que se produzca también un aumento en la diversidad de los inversores. Cada vez más entidades financieras de tamaño medio, así como empresas de gestión del patrimonio, se unen a las inversiones llevadas a cabo por parte de las grandes compañías de seguros y principales bancos a nivel mundial.

3.4 Inversión en Fintech

Figura 3-6: Inversión global en Fintech.
Fuente: KPMG.

3.4.3 Inversión en Europa

A nivel europeo, la actividad de inversión en las compañías Fintech se elevó considerablemente respecto a años anteriores, continuando con la tendencia del resto de empresas a nivel global.

En la primera mitad de 2018, las startups europeas consiguieron sumar 26.000 millones de dólares, a través de casi 200 acuerdos, siendo Reino Unido y Alemania los países que más destacan, tal y como muestra la Figura 3-7.

Además de la ya mencionada colaboración entre Vantiv y WorldPay, la adquisición de iZettle, también Finetch de pagos, por parte de la mundialmente conocida PayPal, supuso una inversión de 2.200 millones de dólares.

Una gran parte de los acuerdos alcanzados a lo largo de la primera mitad de 2018 provienen de los principales bancos digitales en Europa:

  • Revolut, con base en Reino Unido y con intención de llegar en los próximos años a otros mercados como Estados Unidos y Canadá, consiguió 250 millones de dólares en ronda financiación Serie C.
  • N26, startup alemana que alcanzó los 160 millones de dólares, también en una ronda de financiación Serie C, cuyos próximos pasos se sitúan en España y Estados Unidos.
  • 3.4 Inversión en Fintech

Figura 3-7: Inversión en Fintech en Europa.
Fuente: KPMG.

3.5 Regulación

La regulación es una de las mayores barreras de entrada que tienen las Fintech a la hora de acceder al sector financiero, ya sea por una excesiva normativa y burocracia, o en otros casos, por falta de ésta debido a las innovaciones en tecnología de los que se sirven para desarrollar su actividad.

Las nuevas normativas aplicadas y desarrolladas en Europa ponen el foco en el cliente: le dan el poder sobre sus datos generados al realizar operaciones financieras, pudiendo decidir si quiere que sean compartidos entre otras instituciones de su elección, previo consentimiento expreso por su parte.

La más reciente, la directiva europea de pagos PSD2, va dirigida a las empresas que operan en el sector financiero, así como a aquellas que tienen en su plan estratégico proporcionar servicios de pago dentro de la Unión Europea.

Por otra parte, en España se han sentado las bases para la puesta en marcha de un entorno de pruebas controlado conocido como Sandbox, por parte de la AEFI, para promover el crecimiento de nuevas empresas del sector Fintech.

3.5.1 Normativas de mercados e instrumentos financieros: MiFID y MiFIR

En enero de 2018, se inició la aplicación de la nueva normativa europea sobre mercados e instrumentos financieros, basado en la actualizada directiva MiFID II (Markets in Financial Instruments Directive) y el reglamento MiFIR (Markets in Financial Instruments Regulation).

Ambas normativas tienen como finalidad la regulación de las condiciones en cuanto a autorización y funcionamiento de las Empresas de Servicios de Inversión (ESI), mediante las siguientes líneas de actuación:

  • Fortalecer la protección del inversor, mediante el establecimiento de protocolos de organización, control y normas de conducta.
  • Mejorar la transparencia y la supervisión en los mercados financieros, introduciendo un marco regulatorio que sea común para todos los países miembros de la UE.

En cuanto a los clientes que adquieran servicios de inversión, establece la necesidad de realizar una clasificación del usuario, proporcionándole información de forma clara, así como una evaluación de la idoneidad y conveniencia del servicio prestado.

3.5.2 Normativa de servicios de pago: PSD2

La nueva directiva de servicios de pago PSD2 (PaymentServices Directive) europea aprobada en 2016, tuvo como fecha fin para la adaptación y apuesta en marcha por parte de los países miembros de la UE junio de 2018.

Afecta al sector financiero, y surge con el fin de apoyar la innovación y promover la competencia dentro de los servicios de pago, así como mejorar la protección de los datos de los clientes y la seguridad de las transacciones que realicen, fomentando la transparencia.

Entre los principales objetivos se encuentran:

I. El establecimiento de un mercado de servicios de pago en Europa, en el que destaque como principal característica la de un entorno más integrado y eficiente.

II. La nivelación del «campo de juego» para facilitar que los nuevos entrantes, o lo que es lo mismo, los nuevos players, amplíen el desarrollo de sus actividades al convertirse en proveedores de servicios de pago. Si bien requiere a los nuevos entrantes la autorización pertinente.

III. Conseguir que la realización de los pagos sea de forma segura para el consumidor. La normativa PSD2 establece estrictos requisitos en cuanto a la seguridad en pagos electrónicos y la protección de los datos financieros de los clientes, por la cual, los proveedores de estos servicios deben asegurar una correcta autentificación del cliente.

De esta forma, se pretende facilitar la realización de pagos online por parte de los consumidores, confirmando inmediatamente al comerciante de la transacción.

Así mismo, con los servicios de información de las cuentas, los clientes tendrán a su disposición su situación financiera, agrupando todos los pagos realizados, aunque pertenezcan a diferentes cuentas o se hayan llevado a cabo mediante distintas entidades.

3.5.3 Normativa de protección de datos: GDPR

En línea con la PSD2 se encuentra la normativa europea GDPR, de sus siglas en inglés General Data Protection Regulation, que regula la protección de datos de los consumidores desde mayo de 2018.

El reglamento presenta como principal novedad el poder que le otorga al cliente en cuanto a la obtención, tratamiento y divulgación de sus datos personales, así como el derecho a ser «olvidados». Consecuentemente, los consumidores disponen de total libertad para decidir las empresas con las que compartir información personal que haya sido recogida por otras entidades con las que ya tienen contacto.

En este momento, es imprescindible el consentimiento por parte del cliente para la portabilidad de sus datos, además de indicar de una forma clara cómo será procesada la información.

Pero el reglamento va más allá y establece sanciones a las organizaciones que incumplan estos procedimientos, las cuales pueden llegar hasta el 4% de la facturación global anual.

En relación con la normativa PSD2, tiene una característica común: la necesidad de obtener el consentimiento del cliente para que terceros tengan acceso a sus datos o poder realizar la portabilidad. En la Tabla 3-2 se recogen los principales rasgos de ambas regulaciones.

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Tabla 3-2: Comparación entre las normativas PSD2 y GDPR.

Fuente: Elaboración propia, información obtenida de BBVA.

3.5.4 Sandbox

En cuanto a regulación más específica para las Fintech, aparece el término Sandbox para hacer referencia a un entorno de pruebas dirigido a estos nuevos modelos de negocio con ideas tecnológicas.

Surge debido a la necesidad de impulsar en el sector financiero una regulación que sea capaz de adaptarse a la velocidad de transformación del sector Fintech, debido a la constante aplicación de ideas innovadoras, garantizando en todo momento los derechos de los consumidores.

Con la aprobación de un Sandbox se pretende que la regulación, especialmente la que se debe cumplir en las primeras fases de crecimiento de los nuevos modelos de negocio, no suponga un obstáculo a la innovación que proponen. Más bien, busca promover la experimentación de nuevas tecnologías en un entorno en el que sus riesgos sean controlados, con el objetivo de evitar que el cliente final se vea afectado.

En definitiva, es un espacio de pruebas supervisado por las entidades regulatorias correspondientes, en el que se ofrece un entorno de simulación, en el cual, las empresas puedan desarrollar y poner a prueba sus proyectos.

Con esta iniciativa se consigue ver las reacciones que tendrían los futuros usuarios, así como las limitaciones de las ideas desarrolladas, antes de ofrecer el producto o servicio definitivo al consumidor final en el mercado. Al mismo tiempo, los supervisores pueden tener acceso a los riesgos y amenazas que posteriormente tendrán que tener en consideración para la elaboración y mejora de la regulación.

Y, ¿por qué es necesario un Sandbox? En el documento propuesto por la AEFI se muestran varias ventajas que supondría su implementación, de las cuales destacan las siguientes:

I. Es una regulación que se adapta a las necesidades que tienen las empresas, contribuyendo a reducir costes y tiempo de lanzamiento de sus nuevos productos y servicios al mercado.

II. Al ser un marco de pruebas regulado, facilitaría el acceso a financiación en las fases iniciales de desarrollo de las nuevas empresas, al mismo tiempo que prueban sus productos y servicios. A su vez, durante la fase de pruebas, pueden ir alcanzando los requisitos necesarios para obtener una licencia, como pueden ser las exigencias de capital y solvencia. De esta forma, se consigue eliminar el impedimento que supone tener que cumplir con todos los requisitos desde el inicio para la viabilidad económica del negocio.

III. Favorece la competitividad en el mercado, aumentando las posibilidades de desarrollo de nuevos y mejores productos, con precios más bajos.

En el caso de España, se hace hincapié en la oportunidad de aprovechar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, que sí cuenta con un Sandbox, para ser candidato para atraer a otras entidades de los países miembros de la UE que no cuenten con este marco regulatorio, así como inversión extrajera en el sector tecnológico.

Es más, según los datos de AEFI, la implantación de un Sandbox financiero supondría la generación de más de 500 millones de euros de inversión en el sector, además de la creación de 4.000 puestos de trabajo directos.

El proyecto fue presentado al Gobierno, y en julio de 2018 se publicó el Anteproyecto de Ley de Medidas para la Transformación Digital del Sistema Financiero. En el cual, se recoge tanto las peticiones del mercado, como la creación de un Sandbox, previsto para 2019.

Finalmente, y utilizando como ejemplos otras regulaciones de países que sí cuentan con un Sandbox, como es el caso de Australia, Japón, Canadá, además de Reino Unido, como se ha dicho anteriormente, presentan una serie de requisitos técnicos, como son:

  • Establecer un número limitado de consumidores (relaciones B2C), mientras que el de clientes mayoristas (relaciones B2B) sería ilimitado.
  • Limitar el periodo de prueba de la licencia Sandbox, poniendo como ejemplo un espacio de 12 a 36 meses para negocios B2C, y de 48 a 56 meses en el caso de los negocios B2B.
  • Determinar un importe que no puede ser sobrepasado en cuanto al volumen global de facturación.
  • Limitar el riesgo de los productos y servicios que se ofrecen, estableciendo un importe determinado, por ejemplo, ente 1 millón y 5 millones de euros.
  • Establecer un procedimiento de reclamaciones para atender las quejas de los clientes, así como disponer de un sistema de compensación que pueda hacer frente a los posibles daños causados por la actividad de la entidad.
3.6 Principal reto de las Fintech: la ciberseguridad

Si en el primer capítulo de este trabajo se hacía referencia a la importancia del desarrollo de las nuevas tecnologías en el rápido avance de las Fintech en el sector financiero, el uso de estas tecnologías lleva consigo unos riesgos que es necesario mencionar, dado que afectan tanto a las entidades como a los consumidores.

Los ataques más relevantes son los relacionados con la seguridad y privacidad, incidentes que se suceden en todos los sectores y no solo en el financiero, aumentando según se avanza en la digitalización de los negocios.

Uno de los casos más recientes y con gran repercusión a nivel global, fue el ciberataque que sufrió la red social Facebook el 25 de septiembre de 2018. Se produjo una importante brecha en la seguridad de protección de datos de sus usuarios, en la que los hackers tuvieron acceso a las claves digitales que permiten la entrada en perfiles personales.

Pero no es el único. Casi un año antes, en noviembre de 2017, la compañía afectada fue Uber, en la que se vio comprometida la información de 57 millones de clientes y conductores, y que, en vez de denunciarlo, decidió llevar a cabo un pago a los estafadores de 100.000 dólares.

Más casos como estos producidos en 2017, los recoge un informe elaborado por Check Point recoge varios de los ciberataques producidos en 2017 (Figura 3-8).

3.4 Inversión en Fintech

Figura 3-8: Principales ciberataques producidos en 2017.
Fuente: Check Point.

Para abordar esta situación, en la que se ha producido in incremento tanto el número como en la gravedad de los ciberataques, y con el fin de complementar las normativas señaladas en el apartado anterior como la GDPR, desde la UE se redactó la reglamentación NIS (de sus siglas en inglés Network and Information Security), la cual entró en vigor en 2017, teniendo los estados miembros un plazo hasta mayo de 2018 para adaptar la directiva a sus legislaciones.

Mediante su aplicación, se busca conseguir una serie de objetivos, tales como:

  • El establecimiento de una cultura de seguridad de la información dentro de la Unión Europea, con aplicación a todos los sectores, entre los que se encuentra el bancario.
  • La formación de un grupo de cooperación entre los países que forman la UE, con el fin de proporcionar una respuesta rápida y eficaz a los incidentes y amenazas que se produzcan, permitiendo el intercambio de información entre los estados miembros mediante una estrategia común. Para ello se crea la red de Equipos de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática (CSIRT de su traducción al inglés).
  • La proposición de establecer una serie de condiciones relativas a la seguridad tanto de proveedores de servicios digitales, como pueden ser las Fintech, como a cualquier entidad que preste un servicio que tenga dependencia de las redes y sistemas de información (operadores de servicios esenciales).
3.7 Ética

Tras la última crisis financiera, las malas prácticas llevadas a cabo y las decisiones tomadas por algunas instituciones financieras, la ética y responsabilidad corporativa cobran gran importancia en la industria financiera, con el objetivo de no volver a repetir esas conductas.

En el caso de España, la AEFI presentó en marzo de 2018 un Código de Buenas Prácticas, con el propósito de establecer un entorno en el que se garantice la protección del consumidor, la competencia, convivencia y cooperación entre los participantes, así como el cumplimiento de ciertas normas.

Para poder formar parte de la AEFI, las empresas deben aceptar este Código, el cual tiene implicaciones en distintas áreas, tales como:

I. Obligaciones éticas y legales.
  • Abstenerse de llevar a cabo prácticas de negocio que resulten en actos contrarios a la libre competencia o competencia desleal.
  • Cumplir con la normativa vigente en cada momento en relación con el medio ambiente en el desarrollo de su actividad.
  • No deben desarrollar ningún tipo de práctica que pueda ser calificada como corrupta en sus relaciones con terceros: proveedores, clientes, autoridades, competidores etc.
II. Obligaciones con los clientes.
  • Asegurar que la documentación financiera contiene de forma clara las principales condiciones y términos del servicio prestado, de modo que el cliente tenga conocimiento de los mismos.
  • Deben evitar en todo momento cualquier tipo de presión al cliente para la contratación, modificación o prórroga de sus servicios o productos.
  • Poner a disposición del cliente medios adecuados para la interacción, así como un sistema de reclamaciones y quejas, que deberán ser accesibles a través de sus páginas web.
III. Obligaciones en la prestación de servicios y comportamiento en el mercado.
  • Responsables de prestar un servicio sostenible y ético.
  • Realizar, en todos los casos, una evaluación del perfil de riesgo del cliente con anterioridad a la prestación del servicio.
  • Deben elaborar publicidad digna, leal y veraz, cumpliendo la legislación y evitando en todo momento publicidad ilícita o subliminal.
3.8 Conclusiones

Con soluciones centradas en el cliente, personalizadas según sus intereses, mediante el uso de las plataformas digitales, las Fintech han transformado la forma en la que la gente tiene contacto con las finanzas.

Esa es, precisamente, una de sus principales cualidades, la de facilitar el acceso a los productos financieros, simplificando los requisitos. Adquiere especial importancia en la actualidad, dado que las Fintech juegan un papel fundamental a la hora de impulsar la inclusión financiera.

Por otra parte, desde la irrupción de estas startups, la inversión no ha hecho más que incrementarse en estos nuevos proyectos, los cuales, se han visto favorecidos por la estricta regulación a la que se ha sometido a la banca tradicional.

En especial, en el caso de Europa, donde se han aprobado diversas normativas con el fin de aumentar la flexibilidad de los clientes para cambiarse de entidad financiera y tener un mayor control de sus datos personales.

La posibilidad de que Reino Unido salga de la Unión Europea, abre la puerta a otros países europeos para liderar un entorno de innovación, en la que se potencie la creación y el desarrollo de soluciones Fintech mediante la aplicación de un Sandbox.

Y España debería aprovechar esta oportunidad, para impulsar su sector Fintech, aún por detrás de otros países como Alemania o el propio Reino Unido, cuyas startups dominan el panorama europeo, y comienzan a establecerse en otros continentes.

N26, Atom Bank y Monzo, son algunos de los ejemplos de neobancos europeos que mayor atención atraen tanto por parte de los inversores como de los clientes, quienes cada vez más, apuestan por los servicios financieros que ofrecen estas empresas.

Buscan poder controlar sus finanzas mediante una aplicación móvil, desde cualquier sitio y en cualquier momento, hacer transferencias y pagos en otras divisas sin comisiones, y adquirir productos financieros que mejor se ajusten a sus preferencias.

Por esta razón, las Fintech cuentan con una clara ventaja frente a sus competidores más tradicionales: son modelos de negocio más ágiles, con una gran capacidad de adaptarse a las nuevas demandas del mercado, y de hacerlo de forma más eficiente, ofreciendo soluciones disruptivas.

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