5 Tendencias futuras
La llegada de las Fintech al sector financiero ha supuesto un gran avance en la innovación y desarrollo de productos y servicios basados en las nuevas tecnologías. Implica un gran reto para la banca tradicional, y más, tras las consecuencias de la crisis financiera de 2008, donde la confianza de los consumidores en la banca se hizo patente.
Si bien, para muchos, las Fintech constituyen más una oportunidad que una amenaza. Por ello, la relación de las entidades financieras con estos nuevos entrantes, se mueve entre la competición y la colaboración, como se muestra en la primera parte de este capítulo.
No obstante, las Fintech no son el único desafío al que se enfrenta la banca, ya que las grandes empresas tecnológicas, como Google o Apple, ya han comenzado a lanzar sus primeros productos financieros.
Una vez expuestas las características de estas Bigtech, se trata brevemente el papel que tendrá el dinero en efectivo en los próximos años, debido al creciente uso de aplicaciones móviles para realizar pagos y transferencias.
Finalmente, se recalca la importancia de las Fintech a la hora de hacer más accesibles los servicios financieros, ayudando a la alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados para 2030, así como algunos de los avances en tecnologías aplicadas a las finanzas.
El grado de repercusión de las Fintech en el sector financiero, si serán capaces de relegar a los bancos a un segundo plano, o si las entidades financieras tradicionales seguirán teniendo una posición dominante, dependerá en gran medida de las estrategias que sigan estos dos modelos de negocio.
Por su parte, las Fintech, han convertido los servicios financieros personalizados en su propuesta de valor, aprovechando el avance de las nuevas tecnologías para mejorar los productos que hasta el momento solo ofrecían los bancos.
En el caso concreto de España, la penetración de las Fintech es del 10,4%, solo superado por Estados Unidos en descargas de las aplicaciones de estas empresas a nivel global. Por su parte, la penetración de la banca móvil es del 62%, si bien, no más de la mitad de los usuarios (un 45%) están satisfechos con la experiencia que obtienen a través de las apps de la banca tradicional.
A pesar de los esfuerzos realizados por los bancos por sumarse a la tendencia de las aplicaciones para móvil, habiendo desarrollado sus propias apps para facilitar el acceso a sus servicios, no han conseguido superar a las Fintech en este aspecto. La realidad es que la app mejor valorada por los consumidores es la del neobanco británico Revolut, como indica el informe realizado por Ditrendia.
Es más, entre los tres mejores, se encuentra otra entidad Fintech, la alemana N26, siendo la aplicación de CaixaBank la mejor entre las opciones de la banca tradicional
Estos datos apoyan las palabras que Bill Gates dijo en 1997, «We need banking, but we don’t need banks anymore«, donde apostaba por un futuro financiero en el que el dominio de los bancos, a largo plazo, estaría seriamente comprometido.
Años después, fundadores de startups financieras como Joshua Reich, co-fundador de Simple, o Brett King, creador del neobanco Moven, también defendían un gran movimiento de disrupción por parte de las Fintech.
«We will win» escribía Reich al iniciar la compañía, antes de que la entidad española BBVA comprara la startup, y de admitir que, para continuar en los servicios financieros, hay que trabajar con los bancos.
De forma similar, King señalaba en 2010 el fin para la banca tradicional, declarando «The death of retail banking is here«. Lejos de la realidad, ya que 5 años después anunció los acuerdos logrados con grandes entidades en Canadá (TD Bank) y Nueva Zelanda (Westpac Banking), reconociendo que buscar asociaciones con bancos se encontraba entre las prioridades de la compañía.
Estos casos evidencian las dificultades de las Fintech. A pesar de proporcionar servicios innovadores, son empresas que han sido creadas recientemente, y que, por lo tanto, necesitan probar que son rentables para atraer a los inversores, así como generar confianza para convencer a los clientes.
Es por ello, que la irrupción de las Fintech en el sector financiero presenta una gran oportunidad para las entidades tradicionales, más que una amenaza.
Así lo defiende el CEO del banco HSBC, Peter Wong. Caracteriza a estas startups financieras por su cualidad de representar una evolución, en lugar de una revolución. Ofrecen al sector servicios más eficientes, a la vez que mejoran la relación con los clientes, pero señala que otras innovaciones del pasado, como las tarjetas o los cajeros automáticos, tuvieron una mayor repercusión.
Va más allá, proponiendo la colaboración como la mejor solución para ambas partes y para renovar con éxito los servicios financieros.
En esta línea también se encuentra el autor de Fintech firms, opportunity or threat for Banks?, que considera errónea la idea de que las Fintech van a ser las únicas protagonistas de los servicios financieros.
La colaboración entre bancos y Fintech ofrece, a los primeros, tener acceso a los consumidores más jóvenes, ampliando su oferta de servicios digitales, mientras que para las startups, implica la posibilidad de ampliar rápidamente su base de clientes, a la vez de contar con el apoyo, económico y de experiencia en el sector, de una gran entidad financiera.
Si bien, en un principio, las Fintech subestimaron la resistencia de la banca frente a nuevos competidores y los retos que conllevan, así como las entidades tradicionales no tomaron en serio el potencial que ofrecían las startups, los acuerdos mencionados a lo largo del tema ponen de manifiesto que la relación entre ambos es más de colaboración que de competencia.
Es por ello que, el término coopetition, surgido de la unión entre cooperación y competición, sea el que mejor defina la relación entre la banca tradicional y las Fintech.
A modo de resumen, se muestra en la Tabla, las principales características que reúnen los distintos tipos de modelos de negocio en relación a la banca, así como los retos que deben superar.
Bigtech, la verdadera competencia
El impacto de las Fintech en el sector financiero se ha materializado, en su gran mayoría, en forma de colaboración y cooperación con los bancos tradicionales. Como ya se ha comentado anteriormente, las startups tienen que hacer frente a diversas dificultades, como la obtención de capital y captación de clientes, para seguir creciendo.
Ninguno de estos dos problemas los presentan las grandes compañías tecnológicas, como Google, Meta (Facebook), Amazon o Alibaba, que, para muchos, son la verdadera amenaza para la banca.
Así lo indican informes nombrados anteriormente en este trabajo, como los elaborados por Brand Finance y KPMG, en los que se señala los desafíos a los que tendrá que hacer frente el sector financiero en los próximos años, dado que estos gigantes de las tecnologías ya proporcionan servicios de pagos y préstamos.
Por un lado, se encuentran las estadounidenses Google, Apple, Meta y Amazon, las también conocidas como GAFA. Con gran potencial para convertirse en los próximos protagonistas en el sector financiero, en la actualidad, son las que ocupan las primeras posiciones, en comparación con otras grandes empresas a nivel mundial.
El conjunto de estas empresas domina el sector tecnológico. Y, ¿en qué se diferencian las Bigtech para suponer una mayor amenaza que las Fintech?
Utilizando como referencia el artículo Big Tech banking, se recogen a continuación, algunas de las principales ventajas con las que cuentan las grandes empresas tecnológicas, las cuales, se pueden resumir en los siguientes tres puntos.
+ Cuentan con una gran base de clientes. Esto es de gran importancia dado que les proporciona acceso a un volumen enorme de datos, los cuales contienen una valiosa información relativa a sus preferencias, hábitos y conductas de sus usuarios.
De esta forma, las Bigtech cuentan con una gran ventaja a la hora de desarrollar productos y servicios que se ajusten mejor a las necesidades de los consumidores.
+ Son empresas con un gran valor de marca. La marca de una empresa juega un papel muy importante a la hora de captar la atención del cliente y ganar su confianza, así como el apoyo de inversores y empresas colaboradoras.
Así queda reflejado en el libro Emotional Banking, en el cual, se hace hincapié en la importancia de tener una marca asociada a la entidad financiera, con la que el cliente se sienta identificado. Un ejemplo de cómo las Bigtech tienen este punto solucionado, es el caso de Facebook.
A pesar de que no todos sus usuarios confían en la red social para el manejo de sus datos, en caso de ofrecer servicios financieros, un 3% afirma que sí lo haría, lo que sería equivalente a dos bancos LLoyds en número de clientes.
+ Disponen de grandes beneficios y capacidad para acceder con facilidad al mercado de capitales, lo que les permite realizar inversiones en el desarrollo de nuevas tecnologías, con el fin de encontrar nuevas soluciones que proporcionar a sus usuarios.
Esta independencia económica, dista mucho de la que cuentan las Fintech, que necesitan del capital de inversores ajenos a la compañía, sobre todo, en las primeras fases de crecimiento de la empresa.
No obstante, no todo es tan sencillo, ya que, para lanzar un banco al mercado, es necesario cumplir con una serie de requisitos, como son las exigencias de capital establecidas para las entidades financieras, o la estricta regulación vigente a la que tendrían que someterse las Bigtech, y que no están dispuesta a asumir.
O al menos, por el momento. Así lo indicaba en 2018 Florence Diss, responsable de comercio de Google en Europa, señalando que la compañía estaría más interesada en colaborar con los bancos, en vez de competir con ellos.
Las principales acciones que han tenido las Bigtech en referencia a productos financieros, como son el lanzamiento de sus propias aplicaciones de pagos con el móvil, se resumen en la Tabla 62, sirviendo como introducción para los siguientes apartados, en los que se trata por separado y más en profundidad los casos de GAFA y BAT.
GAFA
Como se ha comentado en el apartado anterior, las compañías que forman GAFA son Google, Apple, Facebook (Meta) y Amazon. Todas cuentan con licencias de pagos que, principalmente, han sido facilitadas por Irlanda, lo que les permite ampliar su radio de actuación a todos los países europeos, y con aplicaciones para realizar pagos a través del móvil.
+ Apple cuenta con la aplicación que permite realizar pagos, Apple Pay, desde el 2014, y según los últimos datos publicados por la compañía, tuvo 21.800 millones de transacciones en 2022.
+ Google ya ha lanzado productos como Google Wallet (monedero virtual) o Android Pay, así como un servicio de envío y reclamación de pagos a través de Gmail. Aunque este último solo está disponible en Estados Unidos y Reino Unido.
Con la licencia de dinero electrónico obtenida en Lituania, podrá aumentar su presencia en el sector financiero, teniendo la posibilidad de gestionar tarjetas de crédito, o efectuar transferencias.
+ Meta, obtuvo a finales de 2016 la licencia de dinero electrónico en Irlanda. En EEUU, donde también cuenta con la misma licencia y a través de su aplicación Messenger, los usuarios de la red social pueden enviar o recibir dinero.
+ Amazon, con el fin de agilizar el proceso de compras en la tienda online, permite realizar pagos mediante Amazon Pay, obteniendo su licencia de dinero electrónico en Luxemburgo.
Tanto convencen los servicios que prestan estas empresas tecnológicas, que los consumidores estarían dispuestos a contratar sus servicios financieros, como muestra el estudio II Barómetro de Innovación Financiera. Los usuarios de servicios financieros encontrarían más atractivas las alternativas que pueden llegar a ofrecer estas grandes compañías, con Google y Amazon como primeras opciones.
En la misma línea se sitúa la percepción que sienten los directivos de la banca encuestados. Un 43% de ellos ven a las Bigtech como la principal amenaza, por delante de otros competidores de la banca tradicional o de las Fintech, incluyendo a los neobancos.
Por su parte, la «amenaza asiática» compuesta por Baidu, Alibaba y Tencent, está presente en más de 20 sectores y tienen la intención de seguir creciendo y llegar a otros mercados y sectores.
Con esta premisa, Alibaba, compañía que es propietaria de la Fintech Ant Financial, llegó en 2017 a un acuerdo con el banco BBVA para que los turistas chinos que vengan a España puedan seguir utilizando su aplicación de pagos Alipay.
Además, el Grupo Alibaba es propietario del banco online MyBank, especializado en ofrecer préstamos.
Baidu, por su parte, cuenta con más de 100 millones de usuarios de su sistema de pago Baidu Wallet, y que ha llegado a un acuerdo con el fabricante de móviles Huawei para desarrollar conjuntamente proyectos basados en la Inteligencia Artificial.
Por último, Wechat, propiedad de Tencent, cuenta con más de 1.000 millones de usuarios que pueden usar sus servicios en más de 40 países. No solo es una red social, ya que, además, ofrece la posibilidad de contratar servicios de ocio, pedir un taxi o pagar la seguridad social entre otros muchos.
El auge de las alternativas en forma de pago que ofrecen las Fintech mediante aplicaciones móviles, así como el incremento en el uso de tarjetas de crédito o de débito, están relegando al dinero en efectivo a un segundo plano respecto a años anteriores.
Sin embargo, los resultados que se recogen en el informe elaborado por el Banco Central Europeo a cerca de los pagos realizados en la zona euro, parecen indicar que no es tan clara esta tendencia, ya que el efectivo sigue siendo el método más utilizado.
Todavía hace falta tiempo para conseguir una mayor penetración de las plataformas de pago digitales, así como una adaptación de los establecimientos que permita su uso.
Por otra parte, si se tiene en cuenta el valor de las transacciones realizadas, 1,653 billones de euros corresponden a pagos en efectivo, un 54% del total, mientras que las realizadas mediante tarjeta sumaron un total de 1,11 billones de euros, lo que corresponde a un 39% del total.
Si bien, ante estos resultados, el BCE resalta que el uso de otros medios de pago diferentes al realizado mediante dinero en efectivo depende en gran medida del nivel de aceptación de los establecimientos, así como del país.
A su vez, los encuestados reflejaron su preferencia por el pago con tarjetas u otras alternativas con un 43% debido a su facilidad de uso y rapidez, frente al 32% que prefería el efectivo. Esto lleva a una discrepancia entre el comportamiento real y la preferencia.
Por tanto, parece que todavía hace falta tiempo para conseguir una mayor penetración de las plataformas de pago digitales, así como una adaptación de los establecimientos que permita su uso, para que el dinero en efectivo se deje de utilizar.
La inclusión financiera, según la definición que establece el Banco Mundial, hace referencia al acceso a productos financieros útiles y asequibles que satisfagan las necesidades de personas y empresas, de una forma responsable y sostenible.
Es más, la democratización de los servicios financieros supone un gran impulso para lograr alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos para 2030. Para promoverlos, las Naciones Unidas han formado un grupo de trabajo sobre financiación digital, con la finalidad de utilizar el poder que proporciona el sector Fintech.
Estas nuevas empresas contribuyen a la reducción de las desigualdades, permitiendo acceder a servicios financieros sin los condiciones que exige una gran entidad financiera, haciendo posible que miles de personas puedan realizar pagos o ahorrar dinero sin tener una cuenta en un banco tradicional.
Es por ello que las Fintech, siguiendo la línea que se comentó al comienzo de este tema, forman un papel fundamental para conseguir acercar los servicios financieros a aquellas personas que no tienen acceso a ellos. Según datos del G20, las personas adultas sin acceso a una cuenta bancaria serían 2.500 millones, de los cuales, más de la mitad son mujeres.
En la mayoría de los casos, se debe a no cumplir los requisitos que establecen las entidades financieras tradicionales por contar con bajos recursos económicos o vivir en zonas rurales de difícil acceso.
En contraposición a estos datos, dos tercios de la población que no tiene acceso a una cuenta bancaria sí poseen teléfono móvil. De hecho, más del 60% de la población en países en vías de desarrollo disponen de un smartphone, lo que facilita su inclusión financiera.
Un estudio realizado en Kenia, según indica el informe realizado por World Bank Group, el acceso a los servicios financieros a través del móvil proporciona grandes beneficios, sobre todo en el caso de las mujeres.
Permite tener un mejor control de sus ahorros, haciendo posible que unas 185.000 mujeres dejaran el trabajo en el campo y crearan un negocio, sirviendo de ayuda para reducir la extrema pobreza de este colectivo en un 22%.
Algunos de las propuestas de Fintech para mejorar el acceso a las finanzas son:
+ Kenia. Al igual que el caso comentado con anterioridad de MPesa, hay otra compañía que también destaca. Es el caso de M-Changa, una plataforma de micro mecenazgo líder en África. Sus fondos recaudados son destinados a diversas causas, desde pagar gastos médicos, escolares, deportivos a financiar bodas, negocios o la reconstrucción de infraestructuras.
+ Malasia. Soft Space es una empresa que ofrece soluciones de pagos digitales, trabajando en conjunto con las instituciones financieras, negocios y personas. Uno de sus principales servicios, de los más utilizados en Asia, es la aplicación creada para comercios y poder aceptar pagos a través de móviles, MPOS.
+ India. Por un lado, se encuentra iWish, un producto que lanzó el banco indio ICICI. Sus depósitos no tienen restricciones de cantidad ni de tiempo (permanencia), y permiten establecer objetivos de ahorro a sus usuarios.
Por otra parte, se encuentra Ezetap, una plataforma de pagos fundada en 2011. Con la aplicación que han desarrollado, permiten a los comerciantes aceptar pagos y consultar todos los movimientos de su cuenta desde su smartphone.
Como bien se ha indicado, la irrupción de las Fintech ha sido posible gracias a los desarrollos en la innovación tecnológica.
Con anterioridad, se hacía mención a esta Revolución 4.0, que afecta tanto a métodos y cultura de las organizaciones, como al desarrollo de productos y aplicación de las tecnologías.
En esta línea, y poniendo el foco en las novedades que implican grandes mejoras en las finanzas, especialmente para los consumidores, se van a nombrar algunas de las principales tendencias que se están empezando a aplicar:
+ Blockchain. Tecnología basada en una «cadena de bloques» que permite la realización de transacciones de una forma segura, sin necesidad de un intermediario y con la característica de ser una tecnología que no depende de ninguna entidad, al estar descentralizada.
Como se ha podido ver a lo largo de este tema, la tecnología Blockchain está presente tanto en las nuevas empresas Fintech, como en las estrategias de inversión de las principales entidades financieras de todo el mundo.
En concreto, en España, BBVA e Indra realizaron en 2018 la primera a nivel mundial operación utilizando la tecnología Blockchain, para realizar un préstamo de 75 millones de euros.
Con esta tecnología, se busca mejorar tanto los tiempos de gestión, como garantizar la transparencia y trazabilidad de las operaciones.
A nivel europeo, Malta es el país más adelantado en cuanto a regulación se refiere. Por su parte, la Comisión Europea ha llevado a cabo diversas acciones para impulsar el uso de esta tecnología en la Unión Europea.
Entre esas medidas se encuentra la creación del Observatorio del Blockchain para estar informado de las últimas iniciativas, supervisar los desarrollos e incentivar acciones comunes entre los estados miembros.
+ Inteligencia Artificial y Machine Learning. Ambas herramientas son piezas clave para que las organizaciones creen y mejoren la relación que tienen con sus clientes, también conocido como Customer Relationship Management (CRM).
Ofrecen la posibilidad de desarrollar soluciones personalizadas, en tiempo real, según la información previamente generada por las operaciones realizadas por los usuarios. Además, son sistemas que pueden trabajar sin interrupciones, caracterizados por la rapidez en el análisis de datos y de toma de decisiones, así como de disponer de un margen mínimo de error.
Algunos de sus campos de aplicación son: la seguridad de datos, teniendo la capacidad de identificar los archivos que contienen virus con gran precisión; el comercio financiero, debido al gran volumen de datos que se maneja; y la detección de fraudes, como ya lo utiliza PayPal.
+ Robo-advisor. Utilizados para mejorar la relación y satisfacción del cliente a la hora de utilizar servicios financieros, cada vez adquieren mayor protagonismo en las entidades financieras y en las Fintech, como se ha visto en capítulos anteriores.
Un ejemplo de ello dentro de la banca tradicional es Bankinter, que lanzó en 2017 el primer robo-advisor de la banca española. Su modelo combina las nuevas tecnologías con la de un grupo de expertos, para poder establecer una propuesta de inversión que se adapte mejor a las preferencias del usuario.
Si bien, en un principio, parecía que la relación entre las Fintech y la banca iba a ser mínima, los numerosos acuerdos entre ambos modelos de negocio describen un nuevo panorama en el que prima la colaboración.
Ese sería el caso de los neobancos, que a través de su Marketplace ofrecen productos de otras empresas, y que intentan diferenciarse a través de tecnologías como Blockchain, facilitando el acceso a las criptomonedas.
Por el contrario, la estrategia de los Challenger Banks sigue siendo la de convertirse en la alternativa a los bancos tradicionales, los cuales, deben aprovechar la gran cantidad de datos de los que disponen para poder competir en innovación con las startups.
Es más, las entidades financieras tradicionales y las Fintech no son las únicas protagonistas. Las grandes compañías tecnológicas han comenzado a poner el foco en el sector financiero, desarrollando sus primeros productos, la gran mayoría de plataformas de pago.
Estos nuevos competidores en el sector de las finanzas comparten características con Fintech y bancos.
A los primeros, les une la base tecnológica y la innovación, y con los segundos, comparten tener una gran base de clientes, así como el capital necesario para realizar inversiones en aquellos proyectos tecnológicos que les resulten atractivos.
Eso sí, tienen otra cosa más a su favor, y es la presencia internacional de sus servicios. Por ello, se les puede considerar la verdadera amenaza para los bancos tradicionales.
Por otra parte, y aunque la preferencia la preferencia por los medios de pagos a través de móviles es cada vez más generalizada, todavía sigue siendo el dinero en efectivo el principal medio para realizar pagos. En parte, por la falta de adaptación con la tecnología adecuada en establecimientos, a la vez que la adaptación de la población.
Habrá que esperar, si con las nuevas generaciones totalmente digitales, se invierte esta tendencia.
Finalmente, cabe destacar la importancia que tienen las Fintech en la inclusión financiera, facilitando el acceso a los servicios financieros de millones de personas que no cuentan con grandes recursos económicos.
Debido a eso, las Fintech no solo han provocado un impacto en el sector financiero, sino que tienen la posibilidad de mejorar la calidad de vida de la sociedad, atendiendo siempre a las necesidades de los consumidores, y facilitando la relación con las finanzas.