9. Smart contracts
Los contratos inteligentes o «smart contract», hace referencia a cualquier tipo de contrato que puede ejecutarse de manera automática sin la necesidad de terceros que medien entre los participantes individuales. Estos Smart contract se escriben como programas informáticos en lugar de los contratos tradicionales los cuales se escriben en con lenguaje legal sobre un documento físico. Este programa define las reglas y las consecuencias estrictas de la misma manera que se puede encontrar en los contratos tradicionales, pero adicionalmente se puede tomar la información que se encuentra en los mismos como un input, procesarlas según las reglas previamente establecidas en el contrato y adoptar cualquier medida legal que sea necesaria.
El concepto lo estableció por primera vez en 1994 el criptógrafo Nick Szabo, usándolo para referirse a «un conjunto de promesas, especificadas en forma digital, incluidos protocolos dentro de los cuales las partes cumplen con estas promesas». Sin embargo, no se llevó a cabo debido a las limitaciones tecnológicas de la época. En 2009, surge la cadena de bloques a partir de Bitcoin, una forma limitada de Smart contract. Más tarde, Ethereum ofreció una capacidad mejorada para crear contratos inteligentes más complejos mediante el uso de un lenguaje específico. El aumento de estos protocolos provocó el resurgimiento de la idea del contrato inteligente y su creciente popularidad como herramienta para mejorar los procesos de negocios y la eficiencia.
Los Smart contract se guardan y almacenan en la cadena de bloques, en una URL específica que se establece cuando se efectúan los contratos en la cadena de bloques. Cuando se ocasiona un determinado evento contemplado en el dicho contrato, se produce una transacción a esa dirección y el mecanismo virtual ejecuta los códigos de operación del script, usando los datos adjuntos en la transferencia.
Esta tipología de contratos se puede encontrar codificados para que reflejen cualquier tipología de acción empresarial, docente o estatal basada en datos, como puede ser el voto público, el acceso a las calificaciones académicas, u operaciones con una mayor complejidad asociada, como pueden ser los contratos a futuros o la adquisición de un préstamo con garantía o colateral, así como operaciones altamente complejas como fijar la prioridad en el pago de una nota estructurada.
La implantación de los smart contracts se aleja mucho de ser un proceso cómodo debido a significativas dificultades correspondidas con su definición:
o Aplicación en el «mundo real». Los smart contracts son únicamente un software y como tal se pueden llevar a cabo. Pero, más allá de eso, tienen escaso alcance. De cara al futuro, su principal problema se encuentran en la imposibilidad por parte de los tribunales de llevar a cabo el cumplimiento de los mismos, e inicialmente el nivel de confianza de sus usuarios para realizar operaciones comerciales será reducido.
o Flexibilidad. Los contratos inteligentes teóricamente permiten que ambas partes determinen todos los aspectos de la negociación desde un primer momento. Pero en la realidad, la mayoría de los acuerdos son imprecisos en sus inicios y suelen tener modificaciones. Los contratos inteligentes deben implementar sistemas que permitan a ambas partes modificar los diversos puntos o acuerdos del contrato cuando estos lo deseen.
o Adopción. Los Smart contract serán más ventajosos a medidas que un mayor número de entidades haga uso de los mismos, dado que a partir de cierto punto se comienzan a automatizar interacciones con los mismos. Como en la actualidad, solo un escaso número de personas tiene los conocimientos técnicos necesario para desarrollar y ejecutar los contratos inteligentes, esto supone un importante reto para los próximos años.
o Responsabilidad legal. Los contratos inteligentes suponen un enorme reto para las autoridades reguladoras, puesto que permiten el desarrollo de versiones automáticas para servicios descentralizados peer to peer, como Cabify o Airbnb, que conectan a usuarios y realizan los pagos sin necesidad de un ente empresarial. Los reguladores no tendrían un objetivo al que dirigirse dado que detrás no existe ninguna entidad legal.
Aunque que hay cientos de posibilidades para el uso de los Smart contract, entre los mas relevantes para las entidades financieras, ya sea directa o indirectamente, son:
o Préstamos: los prestamos tantos los que estén garantizados con un colateral como los que no pueden almacenarse como Smart contract dentro de la cadena de bloques, junto con toda la información asociada al mismo inclusive las de las garantías. En el caso que de que un deudor no efectué el pago de las cuotas, el Smart contract puede revocar de forma automática las clavea virtuales que dan acceso a los colaterales.
o Herencias: estas pueden ser automáticas estableciendo la asignación de los bienes tras el fallecimiento. En el momento de fallecer el titular de los bienes, los herederos recibirían automáticamente los bienes y el capital mobiliario en función de la herencia reduciéndose así los tiempos.
o Depósito en garantía: este tipo de contracto se puede configurar como un depósito en garantía en una transacción comercial entre dos partes. En este caso, el comprado transfiere el pago a la cuenta del contrato, y en el momento que se cumplan las condiciones del contrato, este directamente liberaría los fondos a favor del vendedor.
o Controles de monederos de criptomonedas: los monederos controlados por los contratos inteligentes pueden incluir una amplia variedad de controles, que pueden ir desde el acceso a cuentas hasta el límite en los reintegros diarios. Estos permitirían el desarrollo del dinero programable y el uso y control adecuado del mismo.
o Mercados de capitales: Los títulos y valores basados en pagos y derechos que se ejecutaran según las clausulas previamente establecidas se pueden definir como contratos inteligentes. Actualmente, los primeros experimentos se están realizados para la emisión de bonos inteligentes y la gestión de activos en el mercado de valores. Estos contratos también se podrían aplicar para contratos de futuros, forwards, opciones o swaps.
La «cadena de suministro» se refiere a «todos los vínculos involucrados en la creación y distribución de productos, desde las materias primas hasta el producto terminado que va en posesión del consumidor». Cuando surgió la idea de la cadena de suministro, «fue un revolucionario idea que mejoraría la visibilidad y el control de productos y productos a medida que avanzaban del punto A al punto B. »
La economía implica un nuevo tipo de cadena de suministro, una que es más fragmentada, más complicada y más difusa geográficamente. «En efecto, la cadena de suministro es ahora un proceso opaco y defectuoso que es extremadamente difícil de administrar». Como resultado, ninguno los compradores intermedios ni los consumidores finales pueden confirmar de manera confiable el valor de los bienes y servicios que compran. Además, los intentos de aplicar leyes relacionadas con productos falsificados, trabajo forzoso, malas condiciones de trabajo o conexiones con actividades delictivas se ven obstaculizados debido al alcance global y la escala masiva de la mayoría de las cadenas de suministro. En otras palabras, se necesita una nueva tecnología para ayudar a controlar los efectos de la tecnología en funcionamiento en las cadenas de suministro mundiales actuales. La tecnología de los Smart contract conjuntamente con el Blockchain puede ser la respuesta a esta situación.
En todo el mundo, los gobiernos administran los derechos de propiedad inmobiliaria a través de registros públicos de tierras. Dichos registros, efectivamente operados como un libro mayor centralizado, adolecen de fallas significativas, incluso en los países industriales, donde se ha desarrollado un complicado sistema de leyes de bienes raíces. En muchos países en desarrollo, los sistemas de registro de tierras siguen siendo ineficaces, inexactos e hinchados con inequidades y corrupción, y en algunos casos, no existen funcionalmente. En su revolucionario libro El misterio del capital, el economista Hernando de Soto sostuvo que «el mayor escollo que impide que el resto del mundo se beneficie del capitalismo es su incapacidad para producir capital». De Soto postuló que aunque los pobres del mundo «ya poseen los activos que necesitan para triunfar en el capitalismo. . . tienen estos recursos en formas defectuosas, «como bienes inmuebles sin título adecuado». La idea es que debido a que los activos no se mantienen por título, «no pueden convertirse fácilmente en capital, no pueden intercambiarse fuera de los círculos locales estrechos donde la gente sabe y confianza entre ellos, no pueden usarse como garantía para un préstamo, y no pueden usarse como parte contra la inversión». Sin título adecuado, un mecanismo habilitador para apalancar activos, los activos poseídos por los miembros pobres de las naciones en desarrollo son» capital muerto «, «Inútil para la generación de riqueza y un obstáculo para el desarrollo económico». Muchos creen que DLT ofrece un método alternativo para registrar y rastrear los intereses de propiedad inmobiliaria de manera más precisa y eficiente. Otra afirmación es que los registros de tierras basados en blockchain ofrecen la oportunidad de democratizar los intereses de propiedad inmobiliaria al poner el control del registro en manos de los propietarios y, por lo tanto, limitar el efecto de la corrupción y la política que de otro modo pondría en peligro los registros de la tierra en muchos países en desarrollo.