CAPÍTULO 5. 1. Introducción: definición y características de las actividades Fintech

CAPÍTULO 5. 1. Introducción: definición y características de las actividades Fintech

Tras la última crisis financiera, y a medida que las entidades del sector financiero tradicional fueron disminuyendo el flujo de capital hacia las pequeñas y medianas empresas, fueron surgiendo empresas que han aprovechado las nuevas tecnolo­gías para llenar el vacío que han dejado las entidades financieras, denominadas Fintech.

Se ha estimado conveniente tratar el fenómeno Fintech en este Estudio, en primer lu­gar, porque muchas de las pequeñas y medianas empresas más innovadoras de la re­gión se están dedicando a este tipo de actividades y, también, por el potencial que re­presentan los servicios que ofrecen como fuente de financiamiento para las PYMES. La expansión de estas actividades de cara al futuro dependerá del grado de bancariza- ción y de digitalización de cada uno de los países que conforman este trabajo.

Yaestudio

Comencemos por definir qué se entiende por Fintech. Se trata de un anglicismo que combina las palabras finance y technology, es decir, tecnología financiera. Es un término de uso frecuente, referido a las compañías que proveen o facilitan ser­vicios financieros mediante el uso de tecnología[3]. El Consejo de Estabilidad Fi­nanciera (Financial Stability Board, FSB)[4] define Fintech como aquella innova­ción financiera que tiene la capacidad técnica para producir nuevos modelos de negocio, aplicaciones, procesos o productos que tienen un efecto material aso­ciado a los mercados e instituciones financieras y a la prestación de servicios fi­nancieros.

Esta innovación tecnológica no es nueva en los mercados de valores. Los avances tecnológicos en el desarrollo de los sistemas utilizados por las entidades para la ne­gociación de valores, así como el uso de Internet por parte de los inversores como medio para transmitir órdenes han ido en aumento durante los últimos años. El do­cumento «Perspectiva de riesgos para el Mercado de Valores 2016» de IOSCO pone algunos ejemplos de los posibles canales de cambio para los mercados de valores que suponen las actividades Fintech, y que describiremos a lo largo de este capítulo:

  • La proliferación de las «aplicaciones” financieras para teléfonos inteligentes.
  • Captación de capitales a través de crowdfunding y préstamos entre particulares.
  • Pagos, por ejemplo, a través de las criptomonedas.
  • Tecnología de libro mayor distribuido (DLT, por sus siglas en inglés, o Blockchain); y el uso de «Big Data” para entender mejor las necesidades de los consumidores de servicios financieros.
  • El robo-advice, asesoramiento automático de inversiones.
1.1 Origen y antecedentes

Devonn 

El Centro de Innovación del BBVA señala varios hitos históricos dentro de la evolu­ción de la tecnología financiera, como el pantelégrafo (mecanismo para verificar las firmas en las transacciones bancarias), la aparición de las tarjetas de crédito, los ca­jeros automáticos, sin olvidar la creación de la Sociedad para las Telecomunicacio­nes Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT, por sus siglas en inglés), para re­solver el problema de comunicación respecto de pagos transfronterizos, o la banca en línea que fue introducida en Gran Bretaña por el Nottingham Building Society.

Marc Hochstein, en su artículo «FinTech (the Word, That Is) Evolves» señala que Fintech era el nombre original del Consorcio de Servicios Financieros Tecnológicos, un proyecto iniciado por Citicorp (hoy Citigroup). A principios de 1990, el banco esta­ba tratando de superar una reputación de resistencia a la colaboración tecnológica externa; Fintech, junto con la participación de Citi en el naciente foro de tarjetas inte­ligentes, significó una nueva postura de la compañía que más tarde serviría para identificar a toda una nueva industria tecnológica.

Esta tendencia de avances tecnológicos se ha visto reforzada, tal y como se ha co­mentado anteriormente, por la crisis financiera que redujo significativamente la confianza de los consumidores en las entidades financieras tradicionales y, adicio­nalmente, por la llegada de nuevas generaciones de consumidores, los denominados millennials, habituados a operar en un entorno digital.

1.2 Las Fintech y las entidades financieras

Si bien el auge de las Fintech podría ser considerado una amenaza para las entida­des financieras tradicionales, lo cierto es que hay expertos que sugieren que las Fintech representan una oportunidad de negocio para ellas. Así, el informe “La Re­volución Fintech» de Finnovating[10] señala entre las oportunidades de la asociación de los bancos con las Fintech las siguientes:

  • Reducción de costos.
  • Mejora de la experiencia del usuario en términos de agilidad y rapidez.
  • Diferenciación y retención de clientes.
  • Capacidad de innovación y disrupción en productos y servicios financieros.
  • Transparencia.

De acuerdo con el estudio de PwC[11], elaborado a partir de 544 entrevistas con direc­tivos del sector financiero tradicional —bancos, compañías de seguros, agencias de valores, gestoras de activos, brokers— en todo el mundo, las entidades financieras reconocen que la colaboración con estos nuevos participantes les ofrecen grandes oportunidades en materia de mejora de la eficiencia y reducción de costes, a la hora de diferenciarse de sus competidores, de retener a sus clientes y de conseguir ingre­sos adicionales. Si bien es cierto que también podrían darse amenazas, concreta­mente, con respecto a la reducción de márgenes de ganancia y reducción cuota de mercado de sus actividades más rentables.

1.3 Las Fintech y la inclusión financiera

La inclusión financiera puede entenderse como el acceso y uso de servicios financie­ros de calidad por parte de todos los segmentos de la población. De acuerdo con el Banco de la República de Colombia, se define Inclusión financiera como «un proceso de integración de los servicios financieros a las actividades económicas cotidianas de la población, que puede contribuir de manera importante al crecimiento económico en la medida en que permite reducir de manera efectiva los costos de financiación, asegura­miento y manejo de los recursos, tanto para las personas como para las empresas«.

El Banco Mundial señala que dos mil millones personas en el mundo (38% adultos) no emplean servicios financieros formales[14]. La tecnología y, específicamente, las Fintech representan un enorme potencial para superar la brecha de la dispersión rural, para la democratización financiera y la inclusión social.

En efecto, la tecnología aplicada a las nuevas y tradicionales empresas financieras tiene el gran potencial de aumentar la productividad, mejorar la protección al consumidor y extender la inclusión financiera a sectores vulnerables de América Latina, tal y como se señala en el informe sobre la revolución de las empresas Fintech y el futuro de la banca, elaborado por CAF —Banco de Desarrollo de América Latina—[15]. Por tanto, las innova­ciones del sector Fintech pueden mejorar la eficiencia de la industria financiera y pro­mover la inclusión de grupos sociales tradicionalmente desatendidos por los bancos.

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